Picaron el anzuelo, con el espaldarazo de las tribus perredistas -que hacen mayoría en el Consejo estatal- a Lorena Cuéllar, el resto de los suspirantes y aspirantes apretaron el acelerador. Y una mala broma resultaron los pronunciamientos de Cristóbal, Gelacio, Martínez y Lander, en el PRD ya nadie les cree ni son opción

Por Edgardo Cabrera

El espaldarazo a Lorena Cuéllar por parte de las tribus perredistas que hacen mayoría en el Consejo estatal, obligó al resto de los suspirantes y aspirantes a apretar el acelerador.

Quieran o no, el escenario cambio el domingo, tanto al interior del perredismo como al exterior. Creció el nerviosismo, comenzaron a rediseñar las estrategias y –equivocadamente- se enfocaron a golpear a la senadora a la que pronto harán mártir.

La suspirante priísta Guadalupe Sánchez Santiago, de la noche a la mañana, intensificó sus recorridos por el estado repartiendo volantes en los que promociona su informe de labores legislativas.

No obstante la tricolor está entre la espada y la pared, por un lado  existe un enérgico llamado a la disciplina y mesura en su partido, pero por el otro teme rezagarse en las encuestas y ser descartada como opción del dedazo. Le quedan menos de 2 meses para quedarse sin curul y reflectores, mientras personajes como Marco Mena, Rosalinda Muñoz, Ricardo García y Anabel Alvarado seguirán como los consentidos en el tricolor.

En el PAN también se prendieron los focos rojos e iniciaron una ofensiva.

No vamos lejos, la senadora Adriana Dávila, aspirante también al gobierno, aseguró que en sus mediciones se encuentra arriba en las preferencias electorales al tiempo de considerar “precipitado” el anuncio de una candidatura de unidad en el PRD. No olvidemos que se plantea una posible coalición entre azules y amarillos en el plano nacional.

Todos pierden de vista que Cuéllar y sus tribus aliadas lograron subirse a la opinión pública. Lanzaron el anzuelo y comenzaron a pescar.

Mala broma

Por cierto que una mala broma fue el pronunciamiento del ala azul y tricolor del PRD (conformada por Cristóbal Luna, Gelacio Montiel y Alejandro Martínez) en contra de Lorena.

Y es que el trío tiene algo en común: su desprecio por la izquierda y el trabajo sucio que realizan al interior de su partido.

Por eso nadie los tomó en serio cuando desconocieron el frente pro-Lorena que conformaron las corrientes que representan a más de 70 por ciento del Consejo estatal perredista.

Se sabe que fueron invitados al proyecto de la senadora sin obtener una respuesta satisfactoria, quizá, no les llegaron a sus exigencias.

Gelacio, por ejemplo, olvida que cada vez está más solo. Sus aliados y principales discípulos lo abandonaron.

Cristóbal sigue enamorado del proyecto de Minerva Hernández a quien anhela ver como gobernadora, sin embargo para el 2016 no será posible. La diputada federal electa debe acreditar residencia en Tlaxcala de al menos 7 años, y resulta que el escaño plurinominal alcanzado en el pasado proceso electoral es por el Estado de México donde acreditó su domicilio.

En tanto que a Alejandro Martínez, al igual que Gelacio, sus allegados se le fueron, ahí está por ejemplo su cuñado el alcalde de Cuapiaxtla, Efrén López, que le dio el respaldo a Lorena Cuéllar, también está el caso de Víctor Briones quien abandonó el barco perredista y desde que aceptó ser empleado del panista Adolfo Escobar trabaja en ser candidato a la alcaldía bajo las siglas azules.

Hoy hará lo propio Ubaldo Lander, tachado de mercader por sus propios correligionarios y a quien los perredistas prefieren ver muy lejos del partido. Como muestra, recientemente fue apartado de Chiautempan en donde ya no le pudieron cumplir sus exigencias que le costaron mucho dinero al erario municipal.

Los cuatro destaparon sus cartas, serán “férreos” críticos de la candidatura única y al final chaquetearán a favor del mejor postor, ¡nada nuevo!

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