19 de diciembre - 2025

Una dura crítica al pan mexicano por parte de un panadero británico desató una ola de indignación en redes sociales, lo que finalmente derivó en una disculpa pública.
Fuente: PROCESO
En una entrevista para un podcast de comida que resurgió en línea, Richard Hart, cofundador de la panadería Green Rhino en la Ciudad de México y figura conocida en círculos internacionales de panadería, afirmó que los mexicanos “realmente no tienen mucha cultura del pan”, y añadió que “hacen sándwiches con estos panecillos blancos, feos, que son bastante baratos y fabricados industrialmente”.
Sus comentarios se difundieron rápidamente en Instagram, TikTok y X, donde numerosos usuarios los calificaron de despectivos e insultantes hacia los panes tradicionales de México.
Lo que comenzó como una disputa sobre el pan pronto se transformó en un debate nacional sobre la identidad alimentaria: quién define las tradiciones culinarias mexicanas y cuál es la influencia de extranjeros en una capital que ya enfrenta tensiones por el aumento de expatriados y turistas.
“Ofendió a la comunidad de panaderos en México y creo que además a todas las personas a las que les gusta el pan, que son casi todos”, señaló Daniela Delgado, estudiante universitaria en la Ciudad de México.
“Con el bolillo NO”
Las redes sociales se llenaron de memes, videos y defensas apasionadas del pan mexicano. Usuarios elogiaron alimentos cotidianos como los bolillos usados para tortas y las tradicionales conchas de las panaderías de barrio, resaltando su papel como elementos de unión social y cultural.
Aunque el pan de trigo llegó a México durante el periodo colonial, con el tiempo evolucionó hasta convertirse en una tradición nacional propia, que mezcla técnicas europeas con sabores e ingredientes locales. Las panaderías de barrio siguen siendo espacios centrales en la vida cotidiana de ciudades y pueblos, funcionando como centros sociales además de puntos de venta de alimentos.
El episodio llevó a cuestionamientos sobre por qué un empresario extranjero despreciaría un alimento tan arraigado en la vida mexicana. Para muchos, las declaraciones reflejaron molestias acumuladas por el prestigio otorgado a chefs y restauranteros extranjeros, así como preocupaciones por la gentrificación en la capital.
Ante la presión, Hart publicó una disculpa en Instagram en la que reconoció que sus comentarios fueron mal expresados y poco respetuosos. Aceptó que no se comportó como un “invitado” y ofreció disculpas a la comunidad mexicana.
“Cometí un error. Lo lamento profundamente”, afirmó.
La panadería Green Rhino declinó hacer comentarios adicionales. Hart ha trabajado en panaderías reconocidas en Estados Unidos y Europa y forma parte del creciente mercado de pan artesanal en la Ciudad de México, orientado principalmente a consumidores de clase media y alta, muchos de ellos extranjeros, con precios superiores a los de las panaderías tradicionales.
La disculpa no cerró el debate. Algunos usuarios la aceptaron, mientras que otros consideraron que no abordaba preocupaciones más profundas sobre la autoridad cultural y el derecho a criticar tradiciones mexicanas.
“Si quieren ser parte de la cultura mexicana, como tener un restaurante o una panadería, deben informarse”, señaló Delgado.
Otros, como el chef Josué Martínez, de la Escuela Culinaria Mexicana, consideraron positivo el debate porque abre la puerta a una reflexión más amplia sobre la panadería nacional.
“El pan mexicano ha sido criticado por su industrialización, pero esas discusiones son distintas cuando las encabezan los propios mexicanos”, afirmó. “Es una oportunidad para aprender, sentirnos orgullosos de nuestra cultura panadera y dejar de pensar que el llamado primer mundo es el estándar máximo”.
