15 de diciembre - 2025

Por Edgardo Cabrera
La triste historia está empecinada en que las obras de infraestructura para la burocracia, la diversión y el consumo se les llame “ciudades”, no hay ninguna explicación lógica, se trata de magnificar proyectos que terminarán como elefantes blancos, y de mi se acordarán.
El pasado 14 de noviembre el especialista en tránsito y transporte, Benito Sánchez Islas entregó un documento a la gobernadora Cuéllar mediante el cual expone la ausencia de visión y planeación para denominar esos proyectos estatales y pidió reconsiderar la nomenclatura, de entrada, porque una Ciudad representa un conjunto de infraestructura, movilidad, accesibilidad y dimensión en su construcción. No es lo mismo un pueblo que una ciudad, para decirlo simple.
El ingeniero y maestro por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla advierte que más allá del riesgo de volvernos a convertir en víctimas de la burla y el escarnio nacional, como cuando destacamos como nota la instalación de las primeras escaleras eléctricas en el estado, las “ciudades” están condenadas a padecer graves problemas de funcionamiento.
En el caso del cacareado edificio administrativo que se construye en Yauhquemehcan, cerca del cruce carretero conocido como la “y” griega, se ignora si existe consenso entre la base trabajadora para trasladar su área laboral a ese lugar. Les implicará alterar tiempos de recorrido y gastos.
Tampoco se ha confirmado qué dependencias estarán instaladas, cuando empezaron los trabajos hablaron de 23, tanto estatales y federales, imagina la cantidad de burócratas que diario deberán trasladarse, sumado a los usuarios.
Pretenden poner ahí la de Movilidad y Transporte, el Registro Civil, Finanzas, Bienestar, Catastro, Relaciones Exteriores y el SAT, solo por citar siete que diariamente realizan miles de trámites, de ahí la advertencia del especialista que, de entrada no tendrán el suficiente número de cajones de estacionamiento para empleados y usuarios, además de rutas de transporte.
Y su advertencia de movilidad, transporte y accesibilidad se cumplió el pasado domingo cuando Cuéllar organizó el mensaje alusivo a su cuarto informe en un inacabado recinto que denominan Ciudad de la Cultura y el Entretenimiento, la zona se convirtió en caos vial, los vecinos perdieron la tranquilidad y salieron a relucir ilegalidades en la apropiación de terrenos donde se construye.
El otro foco rojo está en el Parque de la Juventud que, ya lo sentenció la mandataria, se convertirá en la Ciudad de la Juventud porque simple y sencillamente así lo quiere.
Fieles a su estilo, esperan que se debilite el movimiento social para propinarles el zarpazo, saben que es el último negocio millonario de la mafia del poder de esta Triste Historia, y dimensione el descaro del saqueo. En un inicio hablaron de 122 millones de pesos, supuestamente para darle mantenimiento, construir una alberca, un nuevo edificio y un muro de escalada; en la “Ciudad Administrativa” invierten 99 millones de pesos, ¡no hay margen de comparación!
La Ciudad del Abastecimiento, que en realidad será una mini Central de Abasto está en las mismas, la ruta de acceso es actualmente un caos con el tránsito cotidiano, la mancha urbana de Huamantla la absorbió y aún así se empecinaron en ponerla donde hace décadas se planeó pero fracasó por una disputa legal.
