El sexenio perdido
27 de noviembre - 2025

Por Mauricio Hernández Olaiz

Aunque todavía falta año y medio para que termine este gobierno, ya no hay duda: los pésimos resultados son irrevocables. El daño está hecho, y nada de lo que ocurra en los próximos meses borrará la realidad que vivimos. Desde hace tiempo sostengo —y los datos lo confirman— que este es el peor gobierno de la historia de Tlaxcala, y que Lorena Cuéllar es la peor gobernadora que ha tenido el estado…Miles se equivocaron al darle su voto y su confianza, hoy la mayoría de ellos viven arrepentidos esperando su regreso a las urnas para cobrarle la afrenta.

Los números son tan duros que ya no admiten matices.

Hablemos claro.

Pobreza y bienestar.

Hoy, cuatro de cada diez tlaxcaltecas viven en pobreza multidimensional. Sí, algunas cifras presumen “reducciones”, pero el dato que importa es uno: más de 92 mil personas viven en pobreza extrema, casi el doble que al inicio del sexenio. ¿Qué clase de avance es ese?

Empleo… pero sin bienestar.

Se presume la creación de empleos, pero siete de cada diez tlaxcaltecas trabajan en la informalidad. Y de los empleos “formales”, la mayoría no alcanza para vivir con dignidad: el salario promedio ronda los 5 mil pesos mensuales. Con eso no se sostiene una familia. Con eso no se construye futuro.

Infraestructura: un bache llamado Tlaxcala.

Los baches se han vuelto parte del paisaje. No importa si es la capital, los municipios o las carreteras: Tlaxcala está agujerada. Y mientras la ciudadanía esquiva hoyos, la mandataria se la pasa presumiendo sus ciudades como sus obras magnas, maravillosas, esas ciudades que a la ciudadanía ni le importan y ni le sirven para nada, millones de pesos en la construcción de sus metrópolis lorenistas y ni un peso a imagen urbana, ni un centavo a reparar un bache. El arreglar las calles, si sería una obra magna que sería agradecida por el pueblo bueno.

 Salud: el abandono como política pública.

No vale la pena extenderse demasiado en salud. La mandataria decidió, literalmente, lavarse las manos como Pilatos y entregar la responsabilidad de la salud de todos los tlaxcaltecas a la federación para darle gusto al ex presidente en otra de sus perversas ocurrencias. Si ya lo hacían mal, el IMSS-Bienestar tampoco ha sido la solución, como no lo fue su antecesor el INSABI. Resultado: más de 600 mil tlaxcaltecas siguen sin acceso real a servicios médicos, el resto sufre por la falta de medicamentos, de servicios, de especialistas, de cirugías, de insumos y un largo etcétera.

Una crisis que se maquilla con eventos, pero se sufre en las salas de espera.

Campo y desarrollo: la promesa que nunca llegó.

No hay agroindustria, no hay impulso real, no hay transformación. El campo tlaxcalteca sigue trabajando como puede, no gracias al gobierno, sino a pesar del gobierno.

En el campo tlaxcalteca prácticamente no se ve un desarrollo empresarial rural real. No hay suficiente impulso a la agroindustria como para que el campo se convierta en motor económico.

Según el representante antorchista, Tlaxcala ha perdido más del 30 % de su superficie cultivable en los últimos 6 años, en buena parte por abandono.

Además, la SEFOA (Secretaría de Fomento Agropecuario) reconoció que “por lo menos un 30% del territorio que se tiene para cultivo en Tlaxcala no se está cultivando”, debido a que muchos labriegos han dejado sus tierras.

En enero de 2024 el propio titular de la SIA, Rafael de La Peña, aseguró que Tlaxcala requiere de, al menos, 700 millones de pesos de presupuesto anual para hacer frente a la “cada vez más catastrófica” problemática que enfrenta el sector primario de la entidad.

¿Sabe usted que presupuesto propone la gobernadora para 2026?

$463 millones….Con eso está dicho todo.

Inseguridad: el más grande fracaso del sexenio.

Aquí es donde el fracaso, no solo es estadístico, sino cotidiano.

La percepción de inseguridad saltó del 43% al 71% en un año. Robo a comercio, asaltos, y autos, homicidios dolosos, feminicidios, desapariciones, violencia cotidiana y la más clara y evidente presencia del crimen organizado. La gente tiene miedo, y tiene razones para tenerlo.

El supuesto “Tlaxcala seguro” existe solamente en los discursos oficiales… y ni ahí convence.

Según la ENVIPE (INEGI), en 2024 la tasa de víctimas de delito en Tlaxcala subió 32.5% respecto al año anterior.

La tasa de incidencia delictiva (el número de delitos por cada 100,000 habitantes) también creció 23.9% en 2025, según el mismo estudio.

Uno de los delitos más frecuentes y que llegó con el actual gobierno fue el de la extorsión, con una tasa de 7,925 eventos por cada 100,000 habitantes según datos del INEGI

Además, hay reportes muy graves: en algunos medios se dice que Tlaxcala está en el top 3 nacional de víctimas de delito, solo detrás del Estado de México y la Ciudad de México.

Delitos de alto impacto.

Según el SESNSP (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública), en febrero de 2025 hubo un aumento del 10% en homicidios dolosos en Tlaxcala.

Este tipo de crímenes no solo impacta en estadísticas, sino también en la percepción ciudadana de que la violencia es una amenaza real, no abstracta.

Parte de la población no confía en las autoridades para garantizar su seguridad. En reportes de la ENSU se menciona la “resistencia” o el miedo ante las fuerzas de seguridad, lo que debilita la sensación de protección.

Ya para rematar, recientes estudios afirman que esa falta de confianza se convierte en un círculo: la gente no denuncia (o no siente que denunciar valga), y esto puede favorecer la impunidad, además del crecimiento de los intentos de linchamientos en el estado.

Para colmo el malestar lógico entre los ciudadanos luego de la ejecución de otro empresario. Mientras el sur del estado lloraba por el cobarde asesinato de Humberto, la mandataria repartía besos y cariños en su redes, “que viva el amor” mientras la sangre seguía corriendo, no fue sorpresa el ver que le tundieran con todo.

Y la propia voz de los tlaxcaltecas refuerza lo que los datos confirman, un sexenio perdido, diversos estudios dan a conocer que los habitantes no están contentos con el actual gobierno.

Una Desaprobación mayoritaria: Un estudio publicado en septiembre de 2025 indica que el 67.34% de los tlaxcaltecas desaprueba la gestión de Lorena Cuéllar, lo que equivale a que casi 7 de cada 10 la reprueban.

Baja credibilidad: Otra encuesta de Arias Consultores (junio de 2024) señaló que 8 de cada 10 tlaxcaltecas creen que la gobernadora miente, ubicando su credibilidad en los últimos lugares a nivel nacional.

Posiciones bajas en rankings: Diversas encuestadoras como Massive Caller, Demoscopia Digital y C&E Research la han ubicado entre los 10 peores gobernadores del país en diferentes momentos de 2025, a menudo en los lugares 23 a 29 de 32 entidades federativas. En octubre de 2025, un reporte la colocó en el lugar 31 de 32.

Y aun así, con todos estos datos, la mandataria tiene el cinismo de proclamarse “la mejor gobernadora de la historia”. Desdeña encuestas, desacredita métodos que no entiende, y repite slogans como si fueran realidad.

Pero la verdad no se oculta con conferencias ni con propaganda, menos con harta pirotécnia.

La verdad está en la calle, en la inseguridad, en la pobreza que persiste, en los caminos rotos, en las clínicas sin abasto, en el ánimo social que se deteriora.

La verdad es que Tlaxcala merecía mucho más y recibió muy poco de la otrora más votada.

Y cuando el tiempo pase y este gobierno quiera presumir un legado, solo habrá un recuerdo inevitable: El de Lorena Cuéllar fue un sexenio perdido.

@olaizmau

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