16 de noviembre - 2025

Mientras Chihuahua y Yucatán encabezan la gravedad del fenómeno, la entidad tlaxcalteca se mantiene por debajo del promedio nacional
Por Stephany Rodríguez
Durante 2024, México registró 9,051 suicidios, de acuerdo con los datos más recientes del INEGI. Del total, 7,296 correspondieron a hombres, 1,792 a mujeres y en tres casos no se especificó el sexo, lo que confirma una tendencia persistente: por cada mujer que se quita la vida, cuatro hombres lo hacen.
A nivel nacional, la tasa se ubicó en 6.84 suicidios por cada 100 mil habitantes, con un marcado contraste entre las entidades del norte y la península de Yucatán frente a los estados del centro del país.
Tlaxcala, entre los estados con menor incidencia
En este panorama, Tlaxcala destaca como una de las entidades con tasa más baja, con 4.68 suicidios por cada 100 mil habitantes, muy por debajo de los niveles críticos registrados en Chihuahua (13.39) y Yucatán (13.33), los dos estados con mayor incidencia en todo México.
La entidad tlaxcalteca registró 89 casos, de los cuales 53 fueron hombres y 36 mujeres. Aunque la cifra se mantiene baja en comparación con otros territorios, especialistas advierten que la tendencia nacional obliga a reforzar estrategias de prevención, atención comunitaria y salud mental.
Contraste nacional evidencia brechas regionales
El mapa nacional muestra un comportamiento desigual. Mientras los estados del norte, como Chihuahua, Aguascalientes, Durango y Coahuila, concentran tasas elevadas, regiones con menor población —entre ellas Tlaxcala— presentan niveles más moderados.
Las entidades con menores tasas fueron Chiapas (3.27) y Guerrero (1.41), aunque en estos casos, organizaciones civiles han señalado posibles subregistros vinculados a limitaciones institucionales o diagnósticos inexactos.
Un reto pendiente en salud pública
La distribución de casos confirma que el suicidio continúa siendo un problema de salud pública con fuertes componentes sociales, económicos y de acceso a servicios de salud mental.
Para Tlaxcala, aunque la incidencia es menor respecto a la media nacional, especialistas insisten en la necesidad de políticas públicas permanentes que permitan detectar riesgos, fortalecer los servicios de atención psicológica y reducir estigmas.
