Ahora, escándalos de hijas de morenistas en medio de la tormenta del huachicol fiscal
11 de octubre - 2025

De poco ha servido el mantra «austeridad republicana» en las filas de Morena, pues hijos e hijas de sus líderes se regodean en lujos que chocan con la realidad de millones de mexicanos que viven con menos de 7 mil pesos mensuales.

Fuente: PROCESO

Los hijos de figuras clave de Morena protagonizan nuevas polémicas que exhiben un patrón de privilegios, nepotismo y lujos incompatibles con el discurso de austeridad, esto, en un momento en que la 4T y el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un escándalo por la revelación de una red huachicol fiscal que implica a mandos de la Marina.

Los nombres de Andrés Manuel López Beltrán, Augusto Andrés López Estrada, Emiliano Batres y León Manuel Bartlett Díaz han sido centro de atención y ahora se suman a la lista los nombres de María Monreal Pérez y Jimena García Álvarez-Buylla.

Estos escándalos ocurren mientras se lleva a cabo la investigación de la FGR sobre el huachicol fiscal –un esquema que habría permitido evadir impuestos masivos a través de aduanas y puertos– y que ha puesto a la 4T en jaque.

Las acusaciones alcanzan a figuras cercanas al expresidente López Obrador, y los nombres de sus hijos y aliados en estos casos de nepotismo refuerzan la narrativa opositora de que la llamada «transformación» ha sido una fachada para beneficiar a una élite conectada al poder.

Los hijos de figuras prominentes de Morena protagonizan escándalos que exponen una élite privilegiada: los casos de María Monreal Pérez, hija del diputado Ricardo Monreal, y Jimena García Álvarez-Buylla, hija de la exdirectora del Conahcyt María Elena Álvarez-Buylla, han desatado una ola de indignación evidenciando cómo el lujo y el nepotismo contrastan con las promesas de un gobierno para el “pueblo”.

María Monreal Pérez, hija menor del líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, se encuentra en el centro de la controversia tras su asistencia a la Fashion Week de París 2025 como invitada VIP de una casa de modas de lujo.

El periodista Jorge García Orozco reveló que fue fotografiada en la pasarela y hospedada en el exclusivo hotel Sofitel, donde una noche cuesta al menos 22 mil pesos mexicanos. La arquitecta, dedicada al negocio restaurantero con dos establecimientos en México y casada con un chef español, ha sido cuestionada por el origen de los fondos que financian este estilo de vida.

Por otro lado, Jimena García Álvarez-Buylla, hija de María Elena Álvarez-Buylla Roces, exdirectora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), ha avivado la controversia al presumir un estudio de arte exclusivo en la casa familiar en Tlalpan, Ciudad de México.

La pintora publicó fotos en redes sociales y en una entrevista con la revista estadunidense Dwell el 9 de octubre, mostrando un espacio con acabados de alta gama como pisos de concreto pulido, iluminación LED personalizada y un jardín privado.

La publicación se volvió viral tras coincidir con una denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) contra su madre por un presunto desvío de 50 millones de pesos.

Los casos de María Monreal Pérez y Jimena García Álvarez-Buylla no son aislados: son parte de un patrón donde los hijos de la 4T se benefician del poder de sus padres, mientras el discurso de austeridad se desvanece en un mar de lujos y privilegios.

La investigación de la FGR sobre el huachicol fiscal, que involucra a figuras cercanas al expresidente López Obrador y a sobrinos del exsecretario de Marina Rafael Ojeda, ha puesto a Morena contra las cuerdas. La presunta implicación en esta red de figuras como Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente, ha intensificado el escrutinio sobre los nepobabies de la 4T.

Proceso documentó en la edición mensual de octubre cómo el expresidente Andrés Manuel López Obrador y su jefe de inteligencia, el general en retiro Audomaro Martínez, desestimaron las denuncias que se hicieron contra jefes y mandos en activo y en retiro de la Marina y del Ejército por su probable participación en el tráfico de combustibles.

Las órdenes de captura de dos jefes de la Marina, sobrinos del exsecretario de la Marina, el almirante en retiro Rafael Ojeda Durán –uno ya detenido y el otro prófugo–, es por ahora una trinchera mediática en la cual están protegidos jefes y mandos militares retirados y en activo.

Un daño a la imagen de la 4T

La presidenta Claudia Sheinbaum ha prometido «no proteger a nadie», pero la falta de avances concretos en las investigaciones alimenta la percepción de impunidad.

Encuestas como la de Enkoll publicada en septiembre reflejan una caída en la popularidad de Morena. A pesar de los niveles de aprobación de Sheinbaum con un 78%, Morena tuvo una baja de 6 puntos desde el momento en que se hicieron públicos los casos de corrupción, lujos y abuso de poder.

La encuesta de Enkoll publicada en el diario El País detalló que la agrupación política pasó de 51 a 45% de aprobación. La disminución se dio entre los meses de mayo y octubre de este año. El periodo coincide con una gran variedad de casos polémicos que envolvieron al partido.

Desde los viajes al exterior de Andy López Beltrán, Ricardo Monreal y de Mario Delgado, a la casa de 12 millones de Gerardo Fernández Noroña, además de la conexión de Adán Augusto López con Hernán Bermúdez, jefe de La Barredora, y más recientemente el huachicoleo fiscal que tiene a militares como protagonistas.

Mientras Morena pregona la «austeridad republicana» como pilar de su proyecto, los hijos e hijas de sus líderes exhiben lujos que chocan con la realidad de millones de mexicanos que viven con menos de 7 mil pesos mensuales.