9 de octubre - 2025

Por Mauricio Hernández
El Secretario de Educación Pública de Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, anunció que su dependencia implementará un programa para crear “entornos escolares seguros y con bienestar”. Suena bonito, como esos carteles que prometen aire acondicionado en escuelas sin ventiladores. Pero al mirar más de cerca, el panorama deja mucho que desear.
Porque sí, ahora hay programa; ya no podemos decir que no existen iniciativas. Pero… ¿dónde están los detalles? Ni un plan claro de implementación, ni fechas, ni indicadores de éxito. Todo es un globo de palabras bonitas que intenta cubrir la realidad de escuelas donde la violencia sigue siendo una constante, y donde los docentes, poco capacitados en la materia, se sienten abandonados frente a alumnos con conflictos que no saben cómo manejar.
Meneses también pidió a los padres de familia que revisen mochilas y conozcan los entornos de sus hijos. Claro, porque si los problemas se resuelven revisando mochilas, ¿para qué necesitamos políticas públicas, recursos, programas de prevención o protocolos claros?
No hay duda: los padres tenemos un rol fundamental, pero decir que somos parte del problema y no de la solución me parece una bofetada del secretario…Al decir que los padres debemos revisar las mochilas es una forma sesgada de asegurar que no lo hacemos, si el generaliza, un servidor también, pero no todos revisan, pero no a todos les vale.
Tampoco se trata de volvernos espías de nuestros hijos, de esculcarles la mochila, de ordenarles que nos la muestren…¿Que señal como padre le estoy dando a mi hijo al exigirle revisar su mochila? De entrada, que no confío en él o en ella. Tampoco andar a hurtadillas viendo lo que hacen…ni convertirnos en carceleros vulgares, pero el no hacerlo tampoco nos convierte en los responsables absolutos de la violencia escolar eso, cuando menos, es una visión simplista y anacrónica.
Entiendo que la comunicación con nuestros hijos es fundamental, entiendo que el ser parte de su vida diaria, conocer a sus amistades, sus gustos, su música, etcétera eso es parte de ser padre, lo hacemos porque los amamos no porque quiera arreglarle el problema a Homero. Cierto, también hay familias disfuncionales, pero ahí es donde entra el docente, la institución debe detectar, dialogar e intentar resolver, no escudarse en ello, o impedir la actuación de terceros y hasta limpiar la escena del crimen. No he escuchado una sola palabra del secretario de educación sobre la pésima actuación de la directora del Cobat 10…Un entorno con bienestar nace reconociendo en lo que estamos mal.
Además, los estudiantes no viven aislados: la mayoría de su día a día ocurre dentro de un sistema educativo, que de entrada debe garantizar seguridad, mediación de conflictos y formación integral. La violencia escolar no se puede desentender de la autoridad que la tolera o no la previene.

La contradicción es evidente: por un lado, se anuncia un programa institucional; por otro, se descarga la responsabilidad de la violencia escolar sobre los padres, como si la educación y la seguridad fueran solo asunto del hogar. Esto no es solo simplista, es irresponsable. La violencia escolar no desaparece con vigilancia parental, y los “entornos seguros” prometidos se sienten más como un slogan que una estrategia real.
Ahora, no podemos dejar de lado la responsabilidad del estado, el mismo que piensa que abatir la creciente violencia en Tlaxcala, crecimiento más que demostrado, se hace con discursos falaces, podrán decir misa, pero el resultado sigue siendo el crecimiento no le descenso, en ese ambiente están inmersos los estudiantes, y ante esa situación el gobierno también ha fallado.
La educación no puede ni debe reducirse a revisar mochilas o a echarle la culpa a la familia. Requiere planificación y un compromiso institucional y gubernamental real. Mientras la SEPE y el gobierno sigan manejando el tema con discursos decorativos y responsabilidad delegada, los estudiantes seguirán siendo los que pagan las consecuencias.
En Tlaxcala, hablar de entornos escolares seguros todavía es más aspiración que realidad. Y Meneses, con todo su programa de bienestar, corre el riesgo de que su promesa quede en nada más que eso: palabras bonitas… Y Tan Tan…
@olaizmau
Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Gentetlx