24 de julio - 2025

Por Edgardo Cabrera
Los intentos de linchamiento en el estado siguen imparables, van 23, no hay protocolo que intimide al pueblo cansado de la inseguridad, como tampoco capacidad de los ayuntamientos y el estado para frenar los atracos que se cometen a cualquier hora del día.
Lo que sí, parece que los justicieros por propia mano aprendieron que únicamente deben propinar “escarmientos” a los presuntos delincuentes. Por los últimos casos registrados, no hay la intención de privarlos de la vida, como tampoco de presentar denuncias penales porque está demostrado que no pasa nada: ni recuperan sus bienes, tampoco encierran a los delincuentes, lo único que queda es recuperar la tranquilidad a costa de mandar al hospital a los sospechosos.
En Calpulalpan, por ejemplo, el martes por la mañana un hombre fue brutalmente golpeado tras ser sorprendido intentando robar en una casa ubicada, lo abandonaron en un terreno baldío y los policías solo llegaron a levantarlo para mandarlo a un nosocomio, ni tiempo les dio del protocolo.
Ese mismo día pero al caer la noche, entre Texoloc y Natívitas fueron “rescatados” mediante el protocolo, así lo promocionó el gobierno, dos sujetos que fueron detenidos por la población acusados del robo de una motocicleta, de nueva cuenta, los justicieros saciaron su coraje golpeándolos y recuperando lo robado, algo que no hace la autoridad.
Y en todos los casos, vale decir, no ha acudido ninguna alcaldesa o alcalde al lugar de los hechos para “mediar”, como lo establece el nuevo plan de acción, saben que su presencia, lejos de contribuir a la tranquilidad de los ánimos, propiciará lo contrario. El miedo no anda en burro.
TAMBIÉN IMPARABLES
Los homicidios dolosos y feminicidios también están imparables, resulta que, si bien en el primer semestre del año Tlaxcala se posicionó entre las diez entidades del país con menor incidencia delictiva, Yucatán es el estado con menos privaciones de la vida; nosotros estamos en el noveno del top 10.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública la tasa de este delito por cada 100 mil habitantes fue de 4.14, la misma que de narcomenudeo; el delito de mayor incidencia, fue robo a negocio con 4.56.
Ante estos datos, una vez más la pregunta: ¿qué es más grave?, la privación de la vida de una persona, o cualquier otro delito que, por cierto, la fiscalía inhibe la denuncia con su pésimo servicio, el cierre de agencias del ministerio público, el establecimiento de requisitos y hasta el cobro de algunos, así como la creación de fiscalías especializadas obligando a las víctimas a acudir a ellas.
A colación, Tlaxcala no está en el top 10 con la menor tasa de delitos de secuestro, para nuestra desgracia nos ubicamos entre la decena que más incidencia registró entre enero y junio, ocupamos el sexto lugar.