23 de julio - 2025

Por Edgardo Cabrera
De nueva cuenta la desinformación, o los datos a medias por parte de su segundo a bordo, hacen quedar mal a la gobernadora Cuéllar. A colación de la tromba registrada la semana pasada en la capital y zona conurbada, la mandataria aseguró durante una entrevista colectiva que “no existe en el estado” un Atlas de Riesgo, no solo eso, dijo que “nunca” se tuvo.
En esa misma declaración, argumentó que el costo de elaboración es elevado y complejo, sin embargo, el antecedente dice lo contrario a la perorata oficial.
En el aspecto legal, el señalar que no existe el citado eje rector para detectar zonas susceptibles de peligro para la población y que eso cuesta mucho dinero, les significa responsabilidad por omisión, los artículos 2 y 17 de la Ley General de Protección Civilsostiene quiénes tienen la obligación de su integración. Lo mismo establecen los artículos 3 y 8 de la Ley de Protección Civil para el Estado.
Ex titulares de Protección Civil estatal consultados, nos dan cuenta que se tienen realizados los estudios y análisis de riesgos correspondientes a cada uno de sus municipios, como antecedente en las administraciones de Alfonso Sánchez Anaya, Héctor Ortiz y Mariano González Zarur se presentaron los respectivos Atlas de Riesgo estatal.
Del año 2006, por ejemplo, se dio cuenta que el gobierno de Tlaxcala, el Servicio Geológico Mexicano y la Secretaría de Economía elaboraron un Atlas de Riesgo de la entidad que constaba de 413 páginas, pero, por lo dicho, no se han tomado la molestia de actualizarlo en esta Triste Historia que ya suma cuatro años de detentar el poder.
En tanto que durante las administraciones municipales del 2017 a 2021, únicamente los Ayuntamientos de Xicohtzinco y Tlaxcalaelaboraron o actualizaron sus Atlas de Riesgo y otros 8 ayuntamientos los elaboraron o actualizaron en el periodo del año 2011 al año 2016; es decir que cincuenta de los sesenta municipios NO cuentan con esta importante herramienta de prevención.
Por lo que, tras las declaraciones de la mandataria estatal, es evidente quién no ha hecho nada, peor aún, al asegurar que “nunca ha existido”, ahora entendemos todas las desgracias.
LAS DESGRACIAS
A colación, basta revisar los hechos ocurridos desde la llegada de la Triste Historia al gobierno, las inundaciones causan cada vez mayores desgracias, ciudades, como la capital, inundadas, destrozos en infraestructura pública y daños a propiedad privada, así como en zonas comerciales como pequeños negocios, mercados o plazas comerciales.
Los incendios, lo mismo han pegado y consumido miles de hectáreas en zonas boscosas como el de Altzayanca en abril pasado donde se estiman hasta 2 mil afectadas, pero también está la Malinche, además, a los siniestros, se le suman los de los basureros denominados aún rellenos sanitarios pese a ue los desechos se encuentran al aire libre.
Sismos, fugas de combustibles, explosiones por mal manejo de pólvora en fiestas patronales o en centros de almacenamiento y producción de pirotecnia, clandestinos o no; accidentes en eventos de feria como la carrera de carcachas del año 2022 en Huamantla que dejó dos muertos, y la lista sigue.