Tlaxcaltecas frente a los cursos de verano: entre la oferta institucional y la decisión familiar
10 de julio - 2025

Adolescentes enfrentan limitaciones de acceso o deben recurrir a cursos con costos más altos.

Stephany Rodríguez

Durante las vacaciones de verano, múltiples instituciones en Tlaxcala lanzan convocatorias para invitar a la población infantil a participar en actividades recreativas, deportivas, culturales y educativas. Desde casas de cultura y escuelas particulares, hasta dependencias gubernamentales, la oferta institucional busca brindar opciones para ocupar el tiempo libre de niñas y niños durante el receso escolar.

Sin embargo, la elección de inscribir o no a los menores en estos cursos no depende únicamente de la existencia de estas alternativas, sino de una combinación de factores familiares, económicos y de edad.

En entrevistas realizadas a madres y padres de familia, algunos reconocieron el valor de estas actividades como espacios seguros y formativos. Otros, en cambio, manifestaron dudas respecto a si es conveniente inscribir a sus hijos, especialmente cuando existen limitantes por edad o implicaciones económicas.

Uno de los puntos más mencionados es la restricción de edad en muchos programas, que suelen estar dirigidos exclusivamente a menores de entre 7 y 11 años. Esto deja fuera a adolescentes mayores que también buscan alternativas de verano. “Mi hijo tiene 15 años y ya no entra en los cursos gratuitos del DIF o del municipio. Los que hay para su edad ya son cursos especializados y cuestan caro”, comentó la señora Karina, madre de familia de San Pablo Apetatitlan.

Este tipo de cursos para adolescentes, que van desde los 13 hasta los 17 años, suelen ofrecerse en academias privadas o instituciones particulares, con precios que pueden ser inaccesibles para algunas familias, especialmente si se trata de talleres técnicos, deportivos de alto nivel o enfocados al desarrollo profesional.

Además, algunas madres expresaron que prefieren mantener a sus hijos en casa por cuestiones de seguridad o porque no cuentan con redes de apoyo para llevarlos y recogerlos de los cursos. El transporte o la lejanía del lugar también son factores que se consideran al tomar una decisión.

Ante este panorama, las familias tlaxcaltecas se enfrentan a un dilema: aprovechar las opciones disponibles para los más pequeños o asumir los costos adicionales que implica incluir a adolescentes en actividades acordes a su edad.

Si bien la existencia de cursos de verano representa una alternativa valiosa, la falta de cobertura integral para todas las edades y los costos asociados limitan el acceso equitativo.