ENSARTADOS
8 de julio - 2025

Por Edgardo Cabrera

La semana pasada todos estuvieron muy sonrientes en la reunión de seguridad con la gobernadora, tanto alcaldesas como alcaldes, desbordaban alegría, como suele ocurrir en este tipo de actos, no faltaron las selfies y la foto colectiva, no solo eso, posaron también al momento de firmar un enorme cartel que contenía el nombre de cada una de las cabezas de los 60 ayuntamientos de Tlaxcala.

¿Qué decía ese armatoste? “Protocolo de actuación para casos de intentos de linchamientos en el estado de Tlaxcala”, ¿saben a qué se comprometieron?, y ahí esta su firma, así como la foto, para que al rato no se llamen a sorpresa, ni se digan sorprendidos.

El documento que está por publicarse en el Periódico Oficial del Estado y cuyo contenido les fue expuesto a las alcaldesas y alcaldes en la citada reunión, estipula que los primeros respondientes ante un evento de intento de justicia por propia mano serán ellos, ¡sí!, las presidentas y presidentes deberán trasladarse al lugar de los hechos junto con su director de seguridad pública e iniciar la “mediación”, en tanto arriba el siempre tardío personal de la Dirección de Gobernación de la Segob que encabeza el ahijado, vale decir, bueno para los negocios, malo para atender la gobernabilidad. 

Esa dependencia nunca resuelve algo de forma oportuna y eficaz, ¿cómo no?, ya nadie quiere hablar con este morelense encargado de meter cisaña en todos lados, porque ese sí, no ama Tlaxcala, no es de aquí, y para muestra, el creciente número de intentos de linchamiento.

Regresando a la exposición que les hicieron, donde nadie chistó nada, también aceptaron que serán los policías municipales quienes están obligados a llegar en primera instancia al lugar, y aguardar la llegada de la alcaldesa o alcalde, ya veremos cuántos lo hacen, aquellos que no, supondríamos que tendrán responsabilidad administrativa y penal por no atender el protocolo.

Ahí no acaba, se determinó que en un lapso de 10 minutos, una vez entablado el diálogo de negociación, de no llegar a un acuerdo de entrega del sospechoso, actuara la policía estatal para el rescate, quienes previamente deberán realizar labores de inteligencia para identificar a los incitadores de la violencia.

A diferencia del fallido protocolo Celaya, en el nuevo no se establece el uso de fuerza letal, recordemos que el locuaz mexiquense hablaba de tres anillos de seguridad y al violarse el último podrían abrir fuego, aquí, los elementos deberán portar armas no letales, como gas lacrimógeno. 

En comparación con el desastroso documento, ahora sí existe un diagnóstico y se precisa la obligación de las autoridades municipales para garantizar seguridad, prevenir la violencia y atender las causas, de ahí que ahora tienen mayor participación en el protocolo.

Como dato, el pasado abril fue el mes con mayor número de intentos de linchamiento en Tlaxcala desde que gobierna la triste historia, hablamos de ocho, además de uno consumado. En el primer semestre de este año sumaron 18 tentativas y al iniciar el segundo semestre ya hubo un intento en Huactzinco. Con datos oficiales, entre el año 2023 y 2025 van seis linchamientos consumados y 57 tentativas, así de grave el problema.