15 de julio - 2024

Seguridad extrema en Tlaxcala, opiniones ciudadanas durante la visita
Por Stephany Rodríguez
La visita del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum Pardo, a Tlaxcala estuvo marcada por un despliegue de seguridad sin precedentes. Helicópteros sobrevolando y cientos de patrullas en tierra conformaron un operativo que involucró a los tres niveles de gobierno, evidenciando una aparente falta de confianza en la seguridad del Estado.
El despliegue, que muchos consideran excesivo, provocó una ola de críticas en redes sociales durante la transmisión oficial en la página del presidente López Obrador. «Si es el estado más seguro y, aparte, el pueblo los ama, ¿por qué tanto temor?», cuestionó un usuario. Este sentimiento fue compartido por otros: «Tlaxcala es muy bien portada y la más segura de toda la República Mexicana». «Que no cunda el pánico».
Las críticas no solo señalaron la contradicción entre el discurso oficial y la realidad del operativo de seguridad, sino que también subrayaron la ironía de la situación. «Que se preocupa si está en el estado más seguro del país, así lo dice la jefa del ejecutivo y su ahijado», comentó un usuario. Otro añadió: «¿Despliegue de seguridad?»» ¿No que confiaba en el pueblo sabio?».
La percepción de una desconexión entre la retórica gubernamental y las acciones en terreno fue evidente. «¿Por qué tanta seguridad sí, según Tlaxcala, es la entidad más segura?», se preguntaban algunos, mientras otros desafiaban a los mandatarios a recorrer las principales calles del estado para demostrar su confianza en la seguridad local.

El contraste entre la imagen de un Tlaxcala seguro, promovida por las autoridades, y la necesidad de un operativo de seguridad tan robusto, plantea serias preguntas sobre la verdadera situación del estado y la confianza del gobierno en su propio discurso.
En un contexto donde la seguridad es un tema sensible para la ciudadanía, el excesivo despliegue para proteger a López Obrador y Sheinbaum podría interpretarse como una señal de desconfianza en la efectividad de las políticas de seguridad locales, o peor aún, como un reconocimiento tácito de que la seguridad en Tlaxcala no es tan robusta como se ha afirmado públicamente.
