9 de mayo - 2023

Por Edgardo Cabrera
No hay duda ni están en discusión que el tlaxcalteca Carlos Rivera es un gran cantante de talla internacional, por ello es entendible que políticos oportunistas se cuelguen de su imagen para tratar de mejorar su maltrecha calificación ciudadana, producto de los problemas que no han podido resolver y que por el contrario multiplicaron por absoluta torpeza.
Resulta que una vez más la mandamás apapachó al cantante y se tomó la clásica foto para subirla a sus redes sociales, de tan mal gusto fue la imagen que le llovieron las críticas, fundamentalmente por dos cuestiones, la primera, entregarle una playera con la leyenda de “Tlaxcala sí existe”, frase malograda y que denota ignorancia de la historia de nuestro país y estado.
La segunda, tiene que ver con el contexto donde se tomó la fotografía, fue en el palenque de la feria de Puebla, por la madrugada del sábado, cuando en la entidad que gobierna se registraba otro fin de semana sangriento, con asesinatos, asaltos violentos, y hasta el bloqueo de la Vía Corta, en demanda de mayor seguridad y el fin de la impunidad a los delincuentes.
Pero también se encuentra el tema del negocio, recordemos que el artista tampoco es un alma caritativa respecto a los caprichos propagandísticos y políticos de quien gobierna, recordemos que en su momento la Triste Historia presumió un video musical del oriundo de Huamantla dedicado a Tlaxcala.
En una versión inicial dijeron que no le costó al erario ni un quinto esa producción, incluso al contestar una solicitud de información negaron gasto público en el citado video musical, sin embargo, se comprobó que en este gobierno lo que sí existe son mentiras, pillerías y traiciones.
Resulta que meses después se supo, por sus propios funcionarios, que el citado video sí le costó al gobierno de Cuéllar, poco más de 4 millones de pesos, que no se justifica considerando que actualmente esa producción no ha crecido en número de reproducciones, pasó de moda en las redes, así de efímera es esa industria.
Pero aún peor, tampoco el número de visitantes al estado de Tlaxcala creció exponencialmente, y no se puede determinar si los turistas que arriban a la entidad lo hacen producto de haber visto y escuchado la canción del cantante, no se puede comprobar.
AHULLIDO
Cosa similar ocurre con el equipo de fútbol Coyotes, creado por el ex gobernador Mariano González Zarur, en sociedad con el club Pachuca. En su momento la actual mandamás era legisladora de oposición y lo criticó, en campaña por la gobernatura habló incluso de suprimir el apoyo gubernamental al considerarlo no indispensable para el gobierno.
¡Oh sorpresa!, en una más de sus contradicciones, no retiró el mencionado presupuesto al equipo y, por el contrario, se ha valido del estadio para cumplir con sus urgencias políticas, como el cierre de su campaña, después celebrar su victoria, y hasta para sus festivales populistas en el ejercicio del gobierno.
Ahora, ante el buen desempeño que tuvo el equipo durante el torneo, que incluso lo llevó a ilusionar en obtener el campeonato, como en la época del PRI, la mandamás volvió a colgarse de la imagen y popularidad de los Coyotes para tratar de mejorar la suya que se encuentra en el sótano de acuerdo a las encuestas no maquilladas. Tras la derrota del equipo y su eliminación en cuartos de final, ya no hubo halagos, por cierto.
