MAGNAS OBRAS
11 de abril - 2023

Por Edgardo Cabrera

Vamos para los dos años de gobierno y por ningún lado se ven las magnas obras de la Triste Historia, lo que sí, ocurrencias tras ocurrencias como aquella de poner un antro encima del Museo de Arte, y ahora, tras el fracaso de ese negocio, un asoleadero para el mundial del voleibol de playa, negocio de la cuestionada y campeona en la percepción de corrupción Ana Guevara y Cuéllar.

También está la adquisición de 213 vallas antimotines de “alto impacto”, como parte de sus políticas para “protegerse” de las mujeres manifestantes, para lo cual desviaron del erario más de 3.9 millones de pesos. ¡Ah!, también destinaron 83 mil pesos para los plásticos con los que forraron los muros de Palacio de Gobierno el año pasado y cuyo material terminó en la basura. 

Ahora, está la concesión a un particular, por no sé cuántos años, de un sistema de movilidad, que solamente transportará a 32 personas por convoy, pero eso sí, se lo adjudican como magna obra, pese a ser un negocio privado, como la autopista a Puebla que criticamos por su entrega a una empresa en administraciones pasadas. Por cierto, detrás está la misma oligarquía que hoy gobierna.

¿SE ACUERDAN?

A casi dos años la Central de Abasto prometida como una solución a los grandes litigios resueltos por Cuéllar, fue una ilusión, se le pagaron 250 millones de pesos a empresarios amigos, pero no hay nada en los hechos, y eso data desde diciembre de 2021. 

También está aquella mentira de los cuatro hospitales construidos, en realidad solamente hay uno que inauguraron, pero construido por su antecesor y el resto son clínicas de medio pelo.

Eso sí de lo que hay mucho son puentes que tiran y vuelven a construir, ello para justificar millonarios recursos. Sus antecesores a dos años ya llevaban avances en ampliaciones carreteras, como la de Apizaco a Tlaxcala; se construían hospitales públicos como los de Huamantla y San Pablo del Monte, el Infantil de Tlaxcala, también habían avanzado con ampliaciones al estadio Tlahuicole, o libramientos carreteros, como el de la capital, conocido como Periférico, o el de Huamantla, así como nuevas vías, como aquella de Amaxac a Apizaco, o la edificación de Ciudad Judicial o el Centro de las artes, bueno, hasta el llamado Elefante Blanco.

Seguramente dirán sus corifeos y plumas ladinas que las obras están en las comunidades, sin embargo, tampoco eso es verdad, basta recorrer algunas para ver el abandono, las calles oscuras, las vialidades llenas de baches, eso cuando hay pavimentación porque si no de plano terracería, y la lista sigue, ¿a dónde estará yendo a parar el dinero?, la respuesta sencilla, apunta al 2024.

SALDOS

En tanto la Policía Estatal se desentendió de la seguridad en los municipios, en riñas ya no se meten, por ejemplo, aunque se estén matando, en el caso de Huamantla, se pusieron las pilas y brincaron la Semana Santa sin saldos rojos en comunidades como Zaragoza donde cada año reportaban muertos. 

Implementaron el alcoholímetro, ley seca, operativos viales y reforzaron los equipos operativos, pese a las críticas ciudadanas. Esos son los saldos blancos que presume Celaya y compañía, en los que no hacen nada ellos. Donde no hay fuerza policíaca municipal suficiente, como en la mayoría de las poblaciones, o en carreteras, los muertos se les siguen acumulando por ejecuciones o accidentes automovilísticos, gracias al desinterés de la Triste Historia.