VIEJO OESTE
6 de marzo - 2023

Por Edgardo Cabrera

Lo que faltaba, si fue una gran torpeza el “decreto bala” mediante el cual se ordena a la policía disparar en contra de los ciudadanos que participen en linchamientos (en lugar de atender las causas que llevan a la justicia por propia mano), ahora el acuerdo mediante el cual se pagan recompensas para capturar a delincuentes, refleja que la Triste Historia no tiene ni pies ni cabeza.

Desde la semana pasada Tlaxcala es como el Viejo Oeste.

Resulta que el mentado acuerdo publicado el 2 de marzo en el Periódico Oficial del Estado y maquinado por la Procuraduría General de Justicia del Estado, cuya cabeza es Ernestina Carro, pero donde también participaron los secretarios de Gobierno y Seguridad Pública, establece la entrega de recompensas para quienes colaboren en la localización y DETENCIÓN de probables delincuentes.

Qué significa ello, que no solo entregarán dinero público para soplones, sino que además autorizan que los ciudadanos salgan a la calle a cazar a delincuentes, sí, como en el Viejo Oeste Norteamericano, ¿no es un contrasentido con su propio decreto bala?

En el fondo los linchamientos son producto del hartazgo ciudadano ante la pésima procuración de justicia, la impunidad y la inseguridad, ello es castigado por el Estado con balas, pero, si alguien detiene a un probable delincuente (evidentemente no será por las buenas) será recompensado.

¿Y qué pasa si el “justiciero” muere en el intento?, o si el “informante” es identificado por los allegados al delincuente y le cobran factura por “soplón”, pero también, qué pasará si el “caza recompensa” se equivoca, o si en lugar de un justiciero es una muchedumbre la que asegura a un secuestrador, pero aplicando el decreto bala les disparan al acusarlos de intento de linchamiento, cuando podrían, según el nuevo acuerdo, llevarlo para cobrar su recompensa.

Claramente, lo vemos, es una suerte de incongruencias y torpezas, pero también de malas señales a la ciudadanía, tanto el “decreto bala” como el “acuerdo reward”, son muestra de la pésima labor para investigar y detener a delincuentes, para el caso de la PGJE, y del mal sistema de procuración de justicia y la inseguridad que no ha podido resolver el gobierno.

Lo que es aún peor, no establece montos, no hay techo ni piso en el gasto, por lo que el recurso será manejado discrecionalmente y en una de esas inventan “caza recompensas” para saquear el erario, un gran negocio más. 

DESATADA

Mientras tanto la delincuencia sigue desatada, sola la semana pasada cerramos con el asalto a un cuentahabiente, el golpe fue de 180 mil pesos y nadie fue detenido, un domicilio fue asegurado en Tepetitla al localizar en su interior armas largas y chalecos antibalas, al momento en que perseguían a un sujeto, es decir, de casualidad lo ubicaron.

En Zacatelco una pareja fue asaltada con violencia para robarle su auto, el varón murió producto de un disparo en el abdomen; además un taxista poblano fue asaltado y asesinado en San Pablo del Monte.