CLAROSCUROS 
14 de febrero - 2023

Por Edgardo Cabrera 

Indudablemente el PAN mostró músculo el domingo durante una concentración masiva en Apetatitlán a la que acudió su dirigente nacional, Marko Cortés, movilizaron a más de 5 mil personas para lanzar una estrategia que denominaron El Tlaxcala que deseas.

La realidad es que fue el arranque de su campaña rumbo al 2024 y lograron reunir a varios liderazgos albiazules, entre ellos la senadora Minerva Hernández, distanciada de la actual dirigencia estatal, así como al diputado local Pepe Temoltzin, quien también mantiene lejanía con la presidenta Miriam Martínez Sánchez.

Por cierto, en el encuentro, la dirigente albiazul aseguró que “solos o acompañados” tienen para ganar en el 2024.

Quien no lo quiera ver, se equivoca, pero los panistas tendrán a su favor el empuje nacional de la marca que se ha convertido en una clara oposición a Morena y al presidente López Obrador, son una opción de quienes no son beneficiados de los programas paternalistas federales, pero también, de los perseguidos por el actual régimen. 

Los hechos están a la vista, existen pésimos resultados del partido en el gobierno, la economía está hecha trizas, la ilegalidad es pan de cada día, los homicidios incontrolables, la impunidad y la corrupción se ha documentado y la conducción de un estado autoritario se ve reflejado con el debilitamiento de los organismos autónomos y el sometimiento de los poderes del estado.

En los estados y municipios que gobiernan las cosas no son mejores, basta ver lo que pasa en Tlaxcala donde los propios funcionarios que han comparecido ante el Congreso han puesto en evidencia las malas prácticas, la ilegalidad y las mentiras, con todo y que han tratado de ser arropados y protegidos por sus aliados políticos, pero sus torpezas son tan grandes que ni cómo ayudarlos.

HECHOS…

Pero a colación del acto del domingo, los panistas y su dirigente nacional, antes que echar las campanas al vuelo, deben ser autocríticos, porque si hablan de encabezar el “Tlaxcala que deseamos”, primero deben cortarse el cordón umbilical del gobierno morenista de Cuéllar, empezando por sus alcaldes y por militantes (como su ex secretario general) que ahí cobran.

Los tres panistas que gobiernan municipios deben entender que la mandamás no tiene palabra, pero también, que los recursos no son de ella, son del pueblo y no se los pueden condicionar, si creen que por agachones y corifeos les van a dar más, se equivocan, ya pasó año y medio de engaños, ilusos si ahora piensan que les cumplirá. Aquellos proyectos, programas y acciones que les prometan, de concretarse, se los colgará para sus candidatos en 2024, ya lo verán.

En el congreso las cosas no son mejores, basta revisar el sentido de los votos de su único representante, sus posturas y la sumisión a la bancada oficial y a la gobernadora Cuéllar: ¿ese es el Tlaxcala que desean?, o es el de sueños guajiros y de viejas glorias, pues es claro que las elecciones del 2024 se ganarán con trabajo, estructura, y propuesta, no con caprichos y mucho menos, atacando a los aliados.

Para rematar, si piensan, imaginan y creen que solos podrán ganar, se equivocan, simplemente que vean a Morena que no suelta ni soltará a sus socios, para el caso local, aunque les duela, los únicos opositores que han alzado la voz son dos, la priísta Blanca Águilay el perredista Juan Manuel Cambrón, del PAN solo Adriana Dávila distanciada también de la dirigencia, haber, si después de este domingo en verdad se vuelven opositores.