27 de enero - 2023

Por Edgardo Cabrera
Una vez más quedó en evidencia que la llegada de un nuevo secretario de Seguridad Ciudadana y la nada, son lo mismo, por el contrario, parece que las cosas se están poniendo peores, algo así como el reacomodo de las fuerzas circundantes a la delincuencia, y la autoridad es una de ellas.
Resulta que la aparición de cuerpos sin vida, con señales de tortura o de plano calcinados, como en Natívitas esta misma semana, se mantiene, los robos, desde autos hasta en casas habitación, negocios, o escuelas, es el pan de cada día, y para rematar, levantones, secuestros exprés y plagios.
Ahora, a esta descomposición hay que agregar el artero atentado que sufrió el colega y decano periodista, Edgar Juárez, quien la noche del miércoles fue salvajemente golpeado por una pareja, hombre y mujer, que se introdujeron a su domicilio, previamente lo sorprendieron al tocar y preguntar por él, ocupando su nombre y oficio para tratar de generar confianza y actuar.
De acuerdo con la víctima, la intención era privarlo de su libertad, porque incluso amagaron con inyectarle una sustancia para que perdiera el conocimiento, afortunadamente, los vecinos se percataron y ahuyentaron a los delincuentes, y reitero, los VECINOS, no la policía que tampoco fue capaz de montar un operativo, disponer de las cámaras de vigilancia (que utiliza el bigh brother tlaxcalteca para promover su candidatura a la capital), a efecto de dar con el paradero de la pareja.
Edgar Juárez ignora si la agresión fue derivada de su labor, o bien, si tenían el objetivo de extorsionarlo o robarle, cómo sea, tan grave es una cosa, como la otra, y evidencia, una vez más, la fallida estrategia policíaca y los intereses politiqueros de quienes han estado al frente.
POR CIERTO
En eso de la simulación, con la novedad que el nuevo secretario, quien no sabe ni pronunciar los nombres de Tlaxcala, Ramón Celaya, está ávido de reflectores para justificar su trabajo, por lo que este jueves convocó a una rueda de prensa, donde pateó el bote y repartió culpas a la procuraduría estatal y a la federación.
Dice que desde su llegada ahora están trabajando en una “atención personal” y que incluso se reunió con vecinos de la capital, de lo que derivó la captura del líder de una banda dedicada al narcomenudeo y robo en Ocotlán, pero además confirmó que hay bandas, entonces, queremos entender que sí hay delincuencia organizada, lo que contradice el discurso gubernamental.
Pero lo que más llama la atención, es que, en esa misma conferencia, dijo que siguen “elaborando la estrategia”, ¿pues no que ya estaba?, y segundo, que en sus primeros días de gestión se dedicó a despedir a mandos policíacos, algunos de ellos estaban en el puesto, porque la gobernadora Cuéllar les prometió ser secretarios e incluso los hizo renunciar a corporaciones federales, pero les mintió, a varios les prometió lo mismo y ahora los corrió.
Por el contrario, hay otros personajes, los mismos que incluso han sido evidenciados de forma reiterada por su incompetencia en operativos, como aquel contra normalistas que derivó en una estudiante muerta, que siguen en su posición como la fresca lechuga.
De ahí que eso de la “limpia”, es una simulación más, se trata de quitar a quienes les resultan incómodos políticamente hablando, o por el simple hecho de traer a los cuates, compadres o socios.
