4 de enero - 2023

Por Edgardo Cabrera
Con la novedad que ni las cifras, ni el discurso, ni sus propias contestaciones a las solicitudes de información les cuadran, es un gobierno mentiroso, pero también malhecho y mediocre.
Resulta que, en julio del año pasado, la familia de viajeros frecuentes a Estados Unidos emprendió una nueva travesía a Nueva York, lugar en el que tres meses atrás acudió con su comitiva para inaugurar una oficina a la que llaman “Casa Tlaxcala”, que ni es casa ni representación oficial del gobierno, es un mero cuento chino del cual luego nos ocuparemos.
El nuevo viaje llamó la atención, porque ahora el pretexto fue un convenio con una institución de educación de poco renombre, y cuyo compromiso, si uno revisa a detalle, no es ninguno, solamente una carta de buenas intenciones en las que por ningún lado se lee que los gringos vayan a regalar algo, es la tierra del cash.
Para la inauguración de la mentada oficina compartida bajo el sistema coworking, acudió una amplia comitiva, bueno, hasta el titular de Cultura, el esposo de la mandataria y otros parientes más, así como amigos que fueron a hacer bulto. Nunca se informó del número de personas que fueron, cuánto se gastó, los días que gozaron Nueva York con cargo al erario de Tlaxcala, ni nada.

Para la segunda travesía la solicitud fue clara: transparentar la información que debe ser pública porque hablamos de un asunto público donde hay dinero público de por medio.
CHAPUCEROS
La sorpresa llegó dos meses después de formalizar una solicitud de información al gobierno opaco de la triste historia.
De la citada contestación, el Despacho de la Gobernadora asegura que la mandataria pagó con sus recursos los gastos que se generaron, incluido el vuelo, gastos de traslados, hospedaje y viáticos, y ahí surge la primera gran interrogante: si se trató de un viaje “oficial”, como refiere la propia contestación, ¿por qué la mandataria pagó de su bolsa?, por cierto un vuelo que evidenciamos con pruebas, que fue en primera clase donde se incluye hasta champagne
Luego refieren que el gobierno de Tlaxcala, únicamente cubrió los gastos de dos empleadas de la administración estatal Gabriela Hernández y Xatzibe Barrera, de las que no aclaran qué cargos ostentaban. Lo que resulta aún más risorio, es que dicen que ellas cubrieron su alimentación y transporte terrestre. Estamos ante un abuso laboral, considerando que, si se trató de un asunto oficial fuera de su centro laboral, el patrón tendría la obligación de cubrir esos requerimientos.
Pero ahí no acaba la cosa en el fantástico cuento plasmado en la contestación a una solicitud de información pública. En el oficio entregado a Gentetlx y signado por Olimpia Sevilla Chimal, titular de la unidad de transparencia del despacho de la gobernadora, dice que por 3 días y 2 noches de hospedaje gastaron 66 mil 780 pesos, en una habitación compartida, ¡vaya ganga!
Contradictoriamente entregan una copia de la factura generada un mes después del viaje -algo que fiscalmente no tendría que proceder-, acreditan haber cubierto el pago de 13 boletos de avión por un monto de más de 140 mil pesos, con lo que se cae su gran mentira, NO fueron 2 los que se pagaron del erario, ¿quiénes y porqué fueron el resto?, ¿cuánto fue de su hospedaje y demás gastos?, información que pedimos y nos negaron.
De nueva cuenta, qué tenían que hacer los parientes en aquel viaje, y, por si se les ocurre decirlo, tampoco esos boletos corresponden al programa refriteado por los gobiernos priístas de “reunificación de familias migrantes”, porque ello no fue motivo de nuestra solicitud que claramente hace referencia al viaje de la mandataria por un convenio con autoridades de la universidad ‘Brooklyn Collage’, de Nueva York, lo que se específica en la misma contestación a la demanda de información pública.

