1 de noviembre - 2019

Por Edgardo Cabrera
Por segundo año consecutivo, los legisladores locales mantendrán el “fondo moches”, pero no sólo eso, piensan seriamente incrementar los 404 millones de pesos que se asignaron para este 2019 y que entregaron de manera discrecional.
Fue el propio coordinador de la fracción parlamentaria del PAN, Milton López Avendaño quien confirmó que para el presupuesto de egresos del 2020 no existe la menor intención de desaparecer los fondos para el “fortalecimiento de obras y acciones”, tampoco el de “acciones para el fortalecimiento al Campo”.
Del primero, recordemos, este año se asignaron 250 millones de pesos para ser repartido entre los legisladores; del segundo la cifra alcanzó los 154.5 millones de pesos.
Y si bien en el discurso aseguran que ellos no ejercieron el recurso, en la realidad esa afirmación es solamente media verdad ya que ciertamente la Secretaría de Finanzas del Ejecutivo no envío el recurso al Congreso, sino más bien fue entregado a los alcaldes, pero con la diferencia que ningún dinero bajó de manera directa ya que previamente hubo acuerdos soterrados entre legisladores y alcaldes.
De esos acuerdos derivó que, en el “mejor” de los casos, muchos diputados no beneficiaran a sus distritos con alguno de los fondos y sí, en cambio, asignaran los apoyos a ediles de otras zonas donde no tienen representatividad pero con los que hubo pactos sobre las empresas o proveedores que aplicarían el dinero público.
Para el próximo año las cosas podrían ser aún peores, ya que ahora plantean que la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso se convierta en ventanilla única de trámites para que sea ahí donde se palomeen los proyectos, así como a los alcaldes que serán beneficiados y con ello saltarse las reglas de operación que obligan a los benefiaciarios a cumplir con una serie de requisitos y candados como el de contar con estudios de viabilidad técnica, justificación presupuestal e impacto social.
LOS PIES DEL INTERÉS
El miércoles durante las protestas de los trabajadores sindicalizados del Cecyte quedó evidenciado que su “líder”, Zenón Ramos, está más preocupado por ganar favores políticos que en defender los derechos de los agremiados.
La base de sus reclamos es la falta de pago de bonos, primas, retroactivos y el aguinaldo basado en los acuerdos contractuales.
Pero, mañoso, el también ex alcalde capitalino interino desvío sus reclamos del verdadero responsable de no pagárselos: el Gobierno Federal.
Las protestas, que formaron parte de un movimiento nacional de este subsistema educativo, empezaron tímidamente en las oficinas del SAT, pero inexplicablemente decidió trasladar la manifestación al centro de la ciudad, tanto al Palacio de Gobierno como al Congreso del estado, poderes que no tienen nada que ver con la atención a sus demandas.
Zenón evitó acudir a la delegación del Bienestar donde despacha su amiga y coordinadora de delegaciones, argumentando que fue por “estrategia”.
La realidad es que ahí es donde existe un canal directo con el gobierno federal y, por tanto, para hacer llegar sus inconformidades, pero como entre el líder sindical y la funcionaria federal existe complicidad política, los agremiados fueron vilmente utilizados para cumplir el verdadero fin de su “líder”: quedar bien para asegurar un proyecto político futuro
