1 de mayo - 2019

Por Edgardo Cabrera
Organizaciones campesinas desquiciaron este martes el centro capitalino. Marcharon y montaron un plantón frente al Palacio de Gobierno en exigencia de que el Ejecutivo estatal emita las reglas de operación para acceder a recursos públicos, entre ellos el Fondo de Acciones para el Fortalecimiento al Campo, creado por los diputados locales de la 4T y cuyo presupuesto asciende a 154.5 millones de pesos.
Las agrupaciones fueron alentadas, precisamente, por los levantadedos de la cuarta, quienes demandan al gobernador Marco Mena que acceda a sus caprichos para que dichos recursos se apliquen a su conveniencia.
Y es que las mentadas reglas de operación quieren que sean a modo, y cómo no, si esa bolsa de recursos ya la tienen comprometida en 179 acciones que los diputados (de Morena, PT y PES, principalmente) asignaron por arte de magia, sin contar con proyectos tangibles, eso sí, con beneficiarios escogidos por conveniencia y filiación política, claro está, sin transparencia.
La duda aquí es clara, ¿acaso los líderes de las agrupaciones que organizaron las protestas son los grandes beneficiarios de esos recursos?
El asunto es muy simple, los diputados quieren que los 154.5 millones de pesos se entreguen tal cual los presupuestaron, que no les pongan trabas a sus beneficiarios y que se ignoren los candados propios que establece la normatividad en materia de fiscalización.
La realidad es que esos recursos ya los tienen apalabrados y comprometidos, lo hicieron desde diciembre por debajo de la mesa y hay algunos diputados antagónicos a la 4T que aseguran que hubo moche de por medio.
ARRIBA LAS MANOS
Entre las 179 acciones se encuentran fundamentalmente recursos para el pago de talleres de capacitación, adquisición de ganado de traspatio, insumos agrícolas, maquinaria y equipo, así como la entrega de fertilizante.
Pero las cifras son tan dispares que nos llevan a la suspicacia, por ejemplo, una de esas acciones tiene considerado en Huamantla un monto de 4.8 millones de pesos para la “Adquisición de insumos agrícolas como fertilizantes orgánicos, semilla hibrida, herbicidas, fungicidas, para cultivos como maíz, trigo cebada, avena, frutales, etc”. Nunca se precisa quiénes son los beneficiarios o comunidad, menos cómo le hicieron y con quién comprometieron la compra de los mencionados insumos.
Otro caso más es un apoyo para Zacatelco, ahí la tajada es de 4 mdp para adquirir una motoconformadora, una retroexcavadora y paquetes de herramientas, tampoco se habla del beneficiario y menos del diputado que lo etiquetó.
En Apizaco, tierra del torero diputado Rafael Ortega, y de varios de sus amigos ganaderos, se plantean 5 mdp para un proyecto de fomento a la agricultura, nadie sabe para quién o de quién es ese plan.
En contraste, presupuestaron múltiples talleres y cursos de capacitación “en técnicas de producción, administración y comercialización de productos agropecuarios” por un costo de 100 mil pesos, cada uno. También se ignora qué institución o quién es el encargado de esos supuestos cursos.
SORPRESA O SORPRENDIDOS
A colación de las demanda de las organizaciones, las reglas de operación fueron enviadas al Congreso por el Ejecutivo desde hace varios días, sin embargo no les acomodan, de ahí que se negaron a aceptarlas y demandaron un nuevo «borrador», mismo que la próxima semana estaría emitiendo la administración de Marco Mena.
Cuando salgan habrá de nuevo varios sorprendidos, principalmente los levantadedos, ya que por más que traten de chantajear para que se haga su voluntad, las cosas no pueden ser como ellos las maquinaron.
De entrada porque a nivel federal los criterios ordenados por el presidente López Obrador son en el sentido de que ningún recurso de programa se entregue por medio de las agrupaciones ni de intermediarios, sino que los fondos deberán bajar de manera directa a los beneficiarios, con nombre y apellido.
Y es ahí donde la puerca tuerce el rabo, porque con el dinero en mano difícilmente algún productor estará dispuesto a darle un moche a su líder de agrupación y menos a un diputado.
