24 de diciembre - 2025

Artesanos preservan la elaboración manual de trompos, baleros y pirinolas, aun cuando las ventas no siempre son favorables.
Por Stephany Rodríguez
En distintos espacios de comercio local, la fabricación de juguetes de madera continúa vigente gracias al trabajo de artesanos que mantienen viva una tradición heredada por generaciones. Trompos, baleros y pirinolas siguen siendo elaborados de manera manual, conservando técnicas que han perdurado pese al avance de los productos industrializados.
De acuerdo con entrevistas realizadas por este medio, cada pieza es tallada a mano, un proceso que puede requerir hasta un día de trabajo, según el tamaño y el diseño. Estos juguetes se ofrecen a precios que van de los 50 a los 150 pesos, lo que los convierte en una opción accesible para las familias.
Los artesanos reconocen que las ventas no siempre son constantes ni suficientes; sin embargo, continúan produciendo estos juguetes con la convicción de no dejar desaparecer el oficio. Aun en temporadas de baja demanda, procuran mantener en exhibición trompos, baleros y pirinolas, como una forma de resistir y preservar esta tradición.
Además de su valor cultural, señalan que este tipo de juguetes contribuyen al desarrollo de habilidades motrices y de coordinación en niñas y niños, al requerir destreza y práctica para su uso. Al estar elaborados con madera reciclable, también representan una alternativa sustentable.
La actividad artesanal se extiende a la elaboración de otros artículos de madera como servilleteros, máscaras, portalápices y llaveros, principalmente de cedro, lo que permite diversificar la producción y fortalecer la economía familiar.
Finalmente, los artesanos destacan la importancia de transmitir este oficio a las nuevas generaciones, con el propósito de asegurar la continuidad de una tradición que forma parte del patrimonio cultural de las comunidades.
