Durante épocas de frío aumentan cuadros depresivos y consumo de alcohol
14 de diciembre - 2025

La falta de sol, el aislamiento social y las bajas temperaturas impactan la salud mental.

Por Stephany Rodríguez

Durante estas épocas de bajas temperaturas y menor exposición a la luz solar, se incrementan los riesgos de depresión y otros trastornos emocionales, advirtió el psicólogo Óscar Espino, especialista de la Salud Mental y Adicciones.

El especialista explicó que, durante estas épocas, es común que la población recurra al consumo de alcohol como una forma de desahogo emocional o mecanismo de afrontamiento ante la ausencia afectiva, la soledad y el malestar psicológico, una conducta que se intensificó tras la pandemia de Covid-19.

Señaló que las temperaturas frías y la reducción de la luz solar tienen una reperción directa en los estados de ánimo, lo que incrementa la necesidad de convivencia, compañía y cercanía familiar. No obstante, indicó que la fragmentación social posterior a la emergencia sanitaria dejó afectaciones generalizadas en la salud mental de la población.

De acuerdo con estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos afectivos estacionales se detonan principalmente por tres factores: el clima, el entorno ambiental y las condiciones sociales. En este sentido, el frío, la falta de actividad física y la ausencia de sol favorecen pensamientos y conductas que dañan la salud mental.

Espino agregó que, durante estas épocas festivas, las celebraciones pueden funcionar como un factor protector; sin embargo, también propician el uso de sustancias como el alcohol. Citó un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual señala que gran parte de la población recurre a esta sustancia debido a la dificultad para expresar emociones, especialmente entre los hombres, quienes presentan mayores episodios de llanto y contención emocional en esta temporada.

Advirtió que el consumo excesivo de alcohol puede derivar en enfermedades como cirrosis y obesidad, además de aumentar el riesgo de accidentes fatales y actos que generan discapacidad.

Finalmente, el psicólogo señaló que existen dos vías para atender estos padecimientos: el autocuidado, que implica reconocer conductas dañinas y modificar hábitos, y la atención profesional en salud mental. Entre los principales signos de alerta mencionó la pérdida de interés en actividades habituales, nostalgia persistente, dificultades de concentración, alteraciones del sueño y disminución de la energía.