‘Entre cápsulas del tiempo, calles imaginarias y juventudes incómodas’
13 de noviembre - 2025

Por Mauricio Hernández Olaiz

Dicen que Tlaxcala es tierra de historia… y de historias surrealistas. Esta semana, el guion de realismo mágico lo firmó alguien con brocha en mano: un grupo de jóvenes que, inspirados o aburridos, decidieron “intervenir” con arte el mausoleo donde se resguarda la famosa cápsula del tiempo.

Hasta ahí todo bien —cosas de juventud—, pero lo verdaderamente sorprendente fue la eficiencia del C5i: en un abrir y cerrar de cámara ya tenían identificados a los responsables. ¡Rápido, vertiginoso, casi de película! Solo que… no detuvieron a nadie.

Seguramente por eso no hacen públicos los asesinatos, feminicidios, asaltos o a los comandos armados que quedan registrados en la multimillonaria red de acopio de imágenes del gobierno, pues simplemente porque evidenciarían su existencia y eso …no…no…no…imposible, acabaría con el manoseado argumento…porque finalmente aunque los evidencien, no los van a detener…entonces como para qué.

Ah, el C5I de Max el todólogo: tan eficaz para identificar, tan mala para actuar. Uno no sabe si reír o llorar….claramente ambos.

Pero vayamos a cosas más “serias” (si es que eso existe en esta administración). Resulta que el estudio de Impulso Mercadológico reveló que la ciudadanía ya no le cree, pero nada, al gobierno de Lorena Cuéllar. Nada. Cero. Ni los buenos días.

Y no es para menos: el proyecto de la “Ciudad de la Juventud”, ese que iba a cambiar la historia, terminó cambiando solo la paciencia de la gente. Porque a fuerza de discursos, spots y promesas, el gobierno logró lo impensable: que nadie les crea, aunque juren decir la verdad.

Y hablando de juramentos rotos… llegamos al Banco de Alimentos, la obra que ya casi, casi, casi está lista.

“Ya casi está terminada la calle de acceso”, dijo la gobernadora con toda la seguridad del mundo. Solo que… no hay calle, no hay banco, y lo único pavimentado hasta hoy son las mentiras.

Hace un año pusieron la primera piedra y desde entonces no se ha movido ni una segunda. Pero claro, “ya casi”. En Tlaxcala “ya casi” es una unidad oficial de tiempo.

Y cerramos con broche generacional.

Este domingo, la Generación Z tomará las calles con una mega marcha nacional. Una juventud que, según el discurso oficial, “no existe políticamente”, “no tiene rumbo” y “no representa nada”.

Pero apenas anuncian que marcharán, y ¡zas! resulta que son parte de un compló conservador, manipulados por los fantasmas del “viejo régimen”.

El mismo libreto de siempre, solo que con nuevos protagonistas.

Lo que este gobierno no entiende —o no quiere entender— es que hay una juventud que ya no necesita permiso para alzar la voz. Que no milita por consigna, sino por convicción.

Y que, si hoy se movilizan, no es por el pasado, sino porque el presente que les da vergüenza ajena y por su propio futuro, en sus manos estrás la conducción del país mañana.

Los morenistas en el poder parecen haber olvidado lo que hacían cuando eran jóvenes, cuando soñaban con cambiar al país… ahora solo lo administran, y peor que el viejo régimen.

Porque el verdadero compló no está en las calles, sino en el Palacio Nacional: el compló de quienes traicionaron sus propios ideales.

@olaizmau

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