7 de noviembre - 2025

Por Edgardo Cabrera
El gobierno de la Triste Historia emprendió desde la semana pasada una estrategia ante las inconformidades y protestas sociales, la estrenó con los productores agropecuarios a los que acusaron de “romper el diálogo” con los representantes de la administración lorenista, pero no solo eso, los catalogó de “acaparadores”.
Por medio de un comunicado oficial fechado el sábado 01 de noviembre, acusaron a los campesinos de “radicalizar su postura” y negarse a acudir a una reunión que el gobierno estatal les había concertado en la Secretaría de Agricultura en Ciudad de México; no dijeron nada de que horas antes el secretario de Impulso Agropecuario, Rafael de la Peña condicionara, entre gritos, el diálogo a retirar su protesta y acudir a su oficina.
Y del ataque mediático, que incluyó el uso de “plumas aliadas” para etiquetar a campesinos como peligrosos acaparadores al servicio de partidos políticos, vino la persecución judicial, ya lo comentamos, fueron citados nueve productores en la FGR para que comparecieran en una carpeta de investigación por el cierre de la autopista Arco Norte.
La misma dosis aplicaron el miércoles contra el grupo de ciudadanos inconformes con el proyecto de construir una “ciudad” en el Parque de la Juventud. Vino el ataque, tras una marcha y plantón frente a Palacio de Gobierno en demanda de modificar el plan elaborado de forma unilateral, aunque ellos dicen haber consultado a 900 usuarios, de los que todos ignoran quiénes fueron.
Aunque se presentaron ante los inconformes los titulares de Medio Ambiente, Obras y la del Instituto de la Juventud, no hubo entendimiento, los manifestantes los acusaron de emprender una campaña de “desinformación y difamación” y, para muestra, lo que comunicó minutos después la Triste Historia: los acusó de “rechazar la apertura al diálogo” del generoso gobierno.
Convenientemente el oficialismo pierde de vista que la semana pasada los manifestantes acusaron a los funcionarios de verles la cara y dorarles la píldora, y es que luego de sostener un primer encuentro que incluyó un recorrido por el Parque de la Juventud no cumplieron su compromiso de mantener comunicación constante y mesas de trabajo, que no es lo mismo que las de “diálogo”.
Entre quienes rechazan la “ciudad” hay ambientalistas, abogados y ciudadanos que tienen conocimiento científico, histórico y práctico del lugar, su postura es clara: que no se construya algo nuevo y que le den mantenimiento priorizando la conservación del bosque; en el gobierno urgen ejecutar poco más de 60 millones de pesos antes de que acabe el año “para que no se pierda el recurso”, por ello insisten en ocurrencias como un lago artificial que, además de costoso en su construcción, implica más dinero en su conservación. Así los genios del negocio y los moches.
ENCUESTA
El reciente estudio de Demoscopia Digital movió el tablero en la aprobación de alcaldes. En octubre el mejor calificado fue el ecologista de Huamantla, Salvador Santos; le siguen el capitalino morenista Alfonso Sánchez; la de Chiautempan, Blanca Angulo; y el de Apizaco, Javier Rivera.
Para el de Huamantla es su mejor calificación desde enero del año 2022, recordemos que fue reelecto. Obtuvo 57.5, contra el 22.4% de su peor evaluación que data de enero del 2024, habrá que indagar qué hizo bien para logra la remontada de más de 35 puntos en la encuesta que se difunde con el aval del diario nacional La Jornada.
