Por Edgardo Cabrera

Con la novedad que casi al concluir el año y a 678 para que entreguen el gobierno, la Coordinación Estatal de Protección Civil que encabeza el poblano Juvencio Nieto sigue sin tener el Atlas de Riesgo, pero como lo que sobran son pretextos, el funcionario y empresario dijo que ya tienen un avance de 61 por ciento, pero… los ayuntamientos aún no le entregan toda la información.

Es una vergüenza que cuando le resta un tercio al gobierno de Cuéllar no se tenga un documento que supondríamos tenía que haber sido eje rector para prevenir contingencias, ejecutar acciones de información, pero sobre todo, aplicar recursos en infraestructura para no poner en riesgo a la población, sin embargo, a Juvencio y compañía les valió. 

Probablemente para el próximo año ya tengan el Atlas. En este tiempo hemos tenido todas las desgracias: polvorines que explotan (tanto clandestinos como legales); ferias y festejos patronales con accidentes y hasta muertos, lo mismo por carreras de carcachas que por mal manejo de pirotecnia; alarmas sísmicas con fallas; inundaciones en buena parte de los municipios y desbordamientos de ríos; incendios forestales, siniestros en fábricas, quemas incontrolables en rellenos sanitarios y hasta simulacros fracasados.

Para el Atlas del Bienestar, ya verá que así lo van a bautizar, dicen destinar 23 millones de pesos que esperemos que no sean tirados a la basura, por malhechos, como los conocemos.

La realidad es que a la Triste Historia poco le importó la protección civil, tan es así, que el pasado 16 de julio en entrevista colectiva la gobernadora aseguró que “desde nunca” Tlaxcala había tenido un Atlas de Riesgo, ocho días después corrigió, sin reconocer el error, y durante la sesión ordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil admitió que sí existe pero obsoleto, por lo que anunció que se actualizaría el documento. CUATRO años les tomó hacer el descubrimiento y CINCO para atender lo prioritario.

OBSESIÓN

Una preocupante obsesión se ha convertido para este gobierno nombrar a cuanta ocurrencia y proyecto tienen como “Ciudad”, ahí esta la del “Entretenimiento y la Pirotecnia”, o la del “Abastecimiento”, la “Salud”, de “Seguridad”, “Administrativa”, o la “Deportiva de Alto Rendimiento”.

La nueva se llamará la “Ciudad de la Juventud”, dicen que invertirán más de 122 millones de pesos en transformar el Parque de la Juventud pondrán un gimnasio, pistas para trotar, ciclovías, áreas de calistenia, plaza cívica, estanque, muro para escalada y hasta un nuevo edificio administrativo para el Instituto de la Juventud, aunque en el boletín oficial, dicen para la” Secretaría de la Juventud”, ¿acaso planean subirle la categoría?

El asunto es que eso que llaman ciudad, como la “deportiva” ubicada en Apizaco, son unidades deportivas. La Administrativa, por cierto, es un edificio donde pondrán varias dependencias; y la de la pirotecnia ubicada en Yauhquemehcan, una vil ocurrencia y a donde quieren mandar la feria de Tlaxcala el próximo año, ya me imagino esa mini carretera de Atlihuetzia convertida en el mayor estacionamiento del estado y con un embotellamiento de “Guinness”, sin duda, unos genios.