Por Mauricio Hernández

De tanto insistir en que todo va bien, parece que la gobernadora Lorena Cuéllar terminó creyéndose su propio cuento. Pero las cifras, esas que no se maquillan ni con propaganda ni con pirotecnia, la regresaron de golpe a la realidad, solo el 5.5% de los tlaxcaltecas aprueban su gobierno, según la más reciente encuesta de Arias Consultores.

Sí, leyó bien: 5.5%. El porcentaje más bajo de todo el país. La peor calificada. La mandataria menos creíble de México, posición 32…siempre quiso ser la primera, lo es, pero de abajo para arriba.

Y si algo confirma este sondeo, es que la paciencia de los ciudadanos se agotó. El 94.5% considera que la gobernadora miente, y el 92% cree que debería revocársele el mandato. En pocas palabras, Tlaxcala ya no le cree ni el “buenos días” o sus saluditos dominicales en las redes.

Porque las mentiras se acumulan. La de la seguridad que presume, mientras la violencia toca a la puerta de cada municipio. La del “crecimiento económico” que solo existe en los discursos, cuando el 88.8% de los tlaxcaltecas califica la situación como muy mala. La del “empleo para todos”, cuando el desempleo y la informalidad son el pan de cada día.

Y la más grande de todas: la del gobierno “para el pueblo”. Ese pueblo al que se le ha mentido, ignorado y usado como público de relleno para aplaudir los montajes de un poder cada vez más autorreferencial.

El sábado pasado, Lorena Cuéllar organizó una fiesta monumental para conmemorar su triunfo electoral de hace cuatro años. Entonces, la más votada. Hoy, la más cuestionada. Entre música, fuegos artificiales y discursos vacíos, quiso revivir una gloria que ya no existe. Pero de tanta pirotecnia, la mandataria finalmente terminó chamuscada.

El estudio no deja lugar a dudas, el pueblo bueno ya se dio cuenta que el discurso oficial es falaz, no en vano el 94.5% de los encuestados así lo considera. Cifras que no provienen, por cierto, de la oposición, ni de las perversas redes sociales atascadas de malévolos bots chinos con la misión de desprestigiar a la mandataria, sino del propio sentir ciudadano. Porque a los bots no los encuestan, encuestan a la gente y esa es la gran diferencia, eso demuestra la realidad…no hay bot que valga y si voto que pesa.

Su frase muletilla, aquella de “estoy muy contenta”, hoy debe habérsele extraviado entre los resultados de Arias. Porque contenta, lo que se dice contenta, no puede estar después de semejantes cifras. ¿Cómo podría estarlo alguien a quien el 94.5% de su población no le cree?

Y no me sorprendería, pero seguro, varios de los encuestados por Arias trabajan en su gobierno, incluso estuvieron en la plaza de toros. Y es que esas sonrisas y porras forzadas en la monumental con el nombre del “Pana”, ocultan una enorme molestia, una gran decepción, una que es pagada con la reprobación en la encuesta.

La fiesta terminó, y lo que quedó fue el eco de las promesas rotas. Las luces se apagaron, el confeti se barrió, y la realidad volvió a ocupar su lugar. Tlaxcala atraviesa una de las etapas de mayor desconfianza hacia su gobierno, y eso no se revierte con discursos, menos con canciones.

Por más maromas que hagan queda claro que ya a la gente no la engañan…el gobierno perdió ya la muy poca credibilidad que le quedaba, ni las poderosas cámaras del C5I podría encontrarla y solo hay de dos…en los últimos dos…menos…como 1 con algunos meses, o da un verdadero golpe de timón, o acabará hundiéndose en la espuma de su propia burbuja, que es lo más factible.

Lo malo es que muchos de los que aspiran a sucederla siguen esperando su bendición, lo lógico sería que comenzaran a desmarcarse, pues quien quiere cargar con los negativos, la baja popularidad y hasta la molestia del votante tlaxcalteca en contra de la que en su momento presumió ser la más votada…Tarde o temprano lo harán…sobre todo él o la que sea ungida, y más si no es de su “grupo”.

¿Apostará Claudia por un Lorenista dados los resultados? Hoy debe haber mucha preocupación porque como siempre los números no mienten. La gente menos.

Del Gozo se nos fue al Pozo…Merecido.

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@olaizmau