‘No somos sobrevivientes, somos guerreras’: testimonio que revela carencias y fortalezas en la lucha contra el cáncer de mama
21 de octubre - 2025

 Historia de vida, marcada por la esperanza, pero también por la falta de atención y empatía institucional.

Por Stephany Rodríguez 

Durante el evento “Caminata Rosa: Sensibilización contra el Cáncer de Mama”, realizado en Tlaxcala, Marlene Sánchez Carro conmovió a las asistentes al relatar su experiencia como paciente de cáncer de mama. Con palabras sinceras, describió el proceso que vivió desde la detección de un pequeño bulto hasta recibir tratamiento, y no dudó en señalar las dificultades que enfrentó para acceder a la atención médica.

“Sentí una pequeña bolita en el pecho izquierdo, pero siempre he sido una mujer trabajadora, dedicada a mis hijos y a mi familia; obviamente no tenía tiempo para la salud”, contó. Dijo que durante mucho tiempo ignoró las señales de su cuerpo, hasta que la situación se volvió más seria.

“Después de cierto tiempo sentí que creció y seguí ignorando las señales hasta que un día le comenté a mi hija. Ella me dijo: ‘No importa madre, en este instante vamos al médico’. Fuimos a nuestra unidad de salud y me mandaron hacer la mastografía”, relató.

Cuando recibió el diagnóstico, aseguró, fue devastador. “Salí corriendo y abracé a mis hijos y a mi mamá. Sentí que la vida se me iba. Les hablé a mis hermanos, lloramos juntos y dijimos que íbamos a vender todo lo que tuviéramos para que yo saliera adelante. Ese es el amor de la familia”, expresó conmovida.

No obstante, también evidenció que, aunque finalmente recibió tratamiento en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), el proceso no fue sencillo. “Corrí precisamente a la Secretaría de Salud, no sabía qué hacer. La licenciada Lupita, de atención ciudadana, me ayudó a cargar mis constancias de no seguro social y de no ISSSTE para que pudieran atenderme”, dijo, dejando entrever la burocracia que enfrentan las mujeres sin acceso a seguridad social.

Aun con esas trabas, reconoció la calidad humana del personal médico y el acompañamiento de su familia, a quienes considera su mayor fortaleza. “Lo más importante ha sido mi familia, mis amigos que siempre me dijeron: ‘tú puedes’. Porque no somos sobrevivientes, somos guerreras”, enfatizó.

Marlene también habló sobre el impacto emocional de los tratamientos oncológicos. Recordó el momento en que perdió su cabello, un hecho que marcó profundamente su proceso. “Ese día lloré, porque al final del día es parte de nuestra feminidad, nuestro cabello, nuestros pechos como mujeres. Pero mi hijo, que tiene 14 años, me dio un beso en mi cabecita pelona y me dijo: ‘es parte del proceso’”, compartió entre lágrimas.

Durante su discurso, aprovechó para agradecer el trabajo de algunos funcionarios de salud y reconoció la empatía de quienes la atendieron, aunque su testimonio reflejó la necesidad urgente de que todas las mujeres reciban atención digna y rápida, sin tener que pasar por trámites ni incertidumbre.

Finalmente, dirigió un mensaje a todas las mujeres presentes: “Si conocen a alguien que esté pasando por esto, no le digan ‘ánimo’. Díganle: ‘tú puedes, eres fuerte, eres una guerrera’”.

Su relato, lleno de fuerza, fe y crítica, recordó que la lucha contra el cáncer de mama en Tlaxcala no solo implica prevención y tratamiento, sino también un sistema de salud más humano, accesible y sensible ante las historias que hay detrás de cada diagnóstico.