17 de octubre - 2025

Por Edgardo Cabrera
La pachanga no para, de hecho, así ha sido en los cuatro años que van de la Triste Historia que gobierna que será recordada por dos cosas: el uso indiscriminado de pirotécnia y la proliferación de la delincuencia y crímenes de alto impacto.
Resulta que este sábado y a destiempo, la gobernadora Cuéllar celebrará el cuarto aniversario de su triunfo electoral, ¿porqué hasta octubre si las elecciones fueron en junio?, simple, antes hubo otras fiestas, como las de los 500 años de la fundación de Tlaxcala, así como las elecciones judiciales donde estaban ocupados en la operación mapacheril que incluyó la maquila de los acordeones del bienestar.
El festejo será en la plaza de toros de Apizaco, el llamado obligado a los burócratas es a las 8 de la mañana. La casta privilegiada también está convocada, ya sabe, los de siempre, funcionarios, operadores políticos, los ilusos que quieren suceder a Cuéllar en el gobierno, lamebotas y matraqueros, nada nuevo.
Se trata de elevar el ego de un gobierno en decadencia, al que le restan 20 meses de gobierno, pero apenas un año para ejercer el poder, ya lo verá, las ansias morenistas por acelerar la carrera electoral derivará que en 2026 tengamos a la persona cuasi candidata o candidato, será con quien quieran sentarse a negociar los grupos de poder, de ahí la urgencia de recordar a la más votada.
Pero por más pachangas que hagan no es lo mismo 305 mil votos que cuatro años después, y el promedio de encuestas así lo marcan, pese a los esfuerzos y el impulso procesal que le meten a algunas empresas, la constante es una calificación que en sus mejores resultados llega al 50 por ciento de aprobación, en las peores en los 30 o 40 por ciento.
En la media, por ejemplo, Demoscopia Digital en septiembre la ubicó en el ranking 23 con 48.7 de aprobación, la casa consentida por el gobierno, Consulta Mitofsky la ubicó en la posición 9 pero con 52.5 por ciento de aprobación, en conclusión, la mitad de la población, la reprueba.
PENOSA CÁPSULA
Un osito de peluche con su mini playera del “bienestar”, una playera de los 500 años del aniversario de la fundación de Tlaxcala, cilindros para agua, una vasija de talavera poblana puesta por el morelense secretario de Gobierno, más muñecos de peluche, el librote de Tlaxcala sí existe, y más baratijas y ocurrencias con el logo del gobierno de la Triste Historia formaron parte del “tesoro” de la cápsula del tiempo.
Y es que cuando suponíamos que la víspera ya había acabado la pachanga por los 500 años, incluso hicieron la ceremonia protocolaria, el miércoles regresaron a lo superfluo, cerraron el bulevar Guillermo Valle para montar el tinglado que incluyó una horrible construcción realizada sobre uno de los camellones que ahora, además, se convierte en otro obstáculo para los peatones y la conducción que incluye sortear baches y ahora bloqueos a la visibilidad.
El asunto es que estos genios piensan que dentro de 50 años los tlaxcaltecas del futuro se van a sorprender con las baratijas que les dejaron y que no reflejan la vida actual, más bien, los caprichos de un gobierno que gustó por el culto a la personalidad.