13 de octubre - 2025

A pesar de invertir 10 millones de pesos anuales en conservación, el recinto opera entre denuncias por maltrato, daños a señalizaciones y alimentación indebida de animales.
Por Stephany Rodríguez
El Zoológico del Altiplano, ubicado en Tlaxcala y administrado por el Instituto de Fauna Silvestre del Estado de Tlaxcala (IFSET) junto con la Secretaría de Medio Ambiente (SMA), atraviesa una etapa de tensión entre el esfuerzo institucional por mejorar sus condiciones y la falta de conciencia de algunos visitantes, que han provocado daños en infraestructura, desinformación y riesgos para la fauna.
Durante un recorrido con medios de comunicación, el jefe del Departamento de Conservación, Ezequiel Moreno, informó que recientemente se colocó una barda perimetral para evitar el ingreso de productos no autorizados y frenar el hábito de alimentar a los ejemplares con comida chatarra. Sin embargo, el personal continúa enfrentando actos de vandalismo y desinterés ambiental, como el retiro de calcomanías informativas y el lanzamiento de residuos a los hábitats.
El IFSET indicó que el gobierno estatal y federal destinan más de 10 millones de pesos anuales al mantenimiento, alimentación y atención médica de más de 600 ejemplares. Estos recursos son empleados en dietas controladas, infraestructura especializada, vigilancia constante y protocolos sanitarios que buscan cumplir con los estándares de bienestar animal.
Uno de los episodios más recordados dentro del zoológico es el de la jirafa “Yoyó”, que habitó el recinto por más de 20 años y cuya muerte fue atribuida al consumo de productos no permitidos proporcionados por visitantes. El hecho llevó a reforzar las políticas internas y los controles alimentarios, pero también evidenció la falta de educación ambiental entre una parte del público.
A pesar de las inversiones, en los últimos meses algunos visitantes han denunciado la presencia de jaulas sin agua limpia, animales sin alimento visible y espacios deteriorados, lo que ha despertado preocupación sobre el estado del recinto. Ante ello, el IFSET aclaró que cada hábitat está diseñado conforme a las características naturales de las especies, y que el aspecto del entorno no necesariamente representa descuido o maltrato.

Las autoridades reconocieron que la difusión de información incompleta o inexacta en redes sociales y algunos medios ha contribuido a generar percepciones erróneas sobre el manejo del zoológico. Por este motivo, se fortalecen las estrategias de educación ambiental, la supervisión de visitantes y la capacitación del personal de guarda-fauna.
El Zoológico del Altiplano enfrenta así un doble desafío: mantener la conservación de la fauna bajo condiciones financieras y técnicas complejas, y al mismo tiempo revertir la indiferencia ciudadana que continúa afectando el bienestar animal.
Con el proyecto de colocar una estatua en memoria de la jirafa “Yoyó”, las autoridades buscan no solo rendir homenaje a uno de los ejemplares más emblemáticos, sino también recordar a la sociedad que la convivencia con la fauna requiere respeto, responsabilidad y conciencia ambiental.