7 de octubre - 2025

Por Edgardo Cabrera
De mapache electoral a “garante de la transparencia”, esa es la ruta que la trazaron a Norberto Sánchez Briones, un personaje que ha navegado por varios puestos en el gobierno de Lorena Cuéllar, en todos, poco dura y deja una estela de cuestionados resultados.
Ahora, sin experiencia ni antecedentes en Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, lo impusieron como titular del Órgano Administrativo Desconcentrado de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno denominado: “Transparencia para el Pueblo de Tlaxcala”.
Dos puestos atrás, cobraba como titular del Órgano de Control Interno de la Fiscalía General de Justicia. Sin importar su condición de servidor público, fue designado como “observador electoral” para los comicios judiciales de junio pasado, tan cínico fue, que presumió en sus redes sociales su acreditación, ello le valió ser señalado de realizar espionaje y de mapache electoral, cinco días después renunció al cargo que llegó en agosto de 2024, ni un año lo aguantaron.
En total sigilo, lo acomodaron en un puesto en la Universidad Politécnica de Tlaxcala, nada menos que Secretario Académico, solo tres meses le duró el puesto, ahora es dizque garante de la transparencia en Tlaxcala, recordemos que este gobierno desapareció el organismo autónomo Instituto de Acceso a la Información Pública, para crear este remedo de ente escudado con el nombre de “Transparencia para el Pueblo”.
Antes de la Fiscalía, la UPTX y ahora Transparencia, fue director de Gobernación, pero en julio de 2024 trató de huir de un grupo de vecinos de Acuitlapilco, en la capital del estado, quienes protestaban por servicio de Agua. En lugar de concretar una mesa de dialogo y negociación prefirió echarse a correr, ni 100 metros avanzó cuando fue detenido por los inconformes para regresarlo a cumplir con su cometido, semanas después lo moverían de ese puesto para becarlo en Fiscalía.
RÉQUIEM
Su llegada a una nueva dependencia, que es un auténtico experimento, no anticipa nada bueno, no solo por su pasado inconstante y de falta de resultados, sino porque sus decisiones estarán basadas en lo que le ordenen, y desde ahora lo ponemos a prueba, porque una cosa es el mote, otra que lo cumplan.
En un acto de “Transparencia para el Pueblo”: ¿desclasificará como información reservada los contrato de las diez camionetas blindadas del bienestar familiar?, seguimos en espera de que nos muestren el supuesto contrato verdadero, porque ambas empresas relacionadas con el negocio tienen turbios antecedentes.
También, lo ponemos a prueba para que transparente al pueblo los más de 8 mil millones de pesos, o 10 mil, ya solo ellos saben sus cuentas, de la supuesta inversión en materia de seguridad pública, una cosa es que lo presuman, otra conocer cómo y a quienes se asignaron esas compras orquestadas por el cuasi notario y zar de las adquisiciones, Maximino Hernández.
La transparencia no solo murió con la llegada de la Triste Historia, sino que al arribo de Norberto hicieron más profunda su tumba, es un hecho.