1 de septiembre - 2025

Cuerpos en pozos, restos humanos, un feminicidio y seis decapitados marcaron el mes más crudo del año.
Por Stephany Rodríguez
Tlaxcala vivió un agosto teñido de sangre. En diferentes municipios de la entidad se registraron once hechos violentos que exhiben la brutalidad del crimen y dejaron a su paso miedo e indignación.
El 3 de agosto, en San Pablo del Monte, vecinos reportaron un olor fétido proveniente de un pozo; al interior fue localizado un cuerpo en avanzado estado de descomposición.
El 4 de agosto, en Apizaco, restos humanos aparecieron abandonados en una zona despoblada, lo que movilizó a corporaciones de seguridad y peritos ministeriales.
El 8 de agosto, nuevamente en Apizaco, la violencia golpeó con el feminicidio de una mujer en el paraje conocido como El Ojito, donde su cuerpo fue hallado con huellas de violencia extrema.
El hecho más atroz ocurrió el 19 de agosto en Ixtacuixtla, cuando seis personas fueron encontradas decapitadas. Las cabezas y los cuerpos fueron localizados en distintos puntos, en un crimen que evidenció la crueldad de los perpetradores y sembró terror entre los pobladores.
El 25 de agosto volvió a teñirse de rojo. En La Magdalena fueron hallados restos humanos, mientras que en Calpulalpan, esa misma fecha, un velador fue ejecutado a balazos durante la madrugada, mientras cumplía con su jornada de trabajo.
Los hechos violentos se distribuyeron entre San Pablo del Monte, Apizaco, Ixtacuixtla, La Magdalena y Calpulalpan, todos municipios que hoy viven con la incertidumbre de una violencia creciente y sin responsables detenidos.
Pese a la magnitud de los crímenes, las autoridades sólo han informado que las carpetas de investigación continúan abiertas. La población, en cambio, vive entre la desconfianza y el temor, cerrando agosto como un mes marcado por la sangre y la impunidad.
