5 de junio - 2025

Por Mauricio Hernández Olaiz
Leía con atención una nota de mi compañera Stephany Rodríguez sobre que el gobierno de la triste le apuesta al turismo deportivo con millonarias inversiones dentro de las que incluye su famosa ciudad deportiva.
Precisamente en mi espacio, hace una semana, le daba cuenta yo de como la triste, prefería gastar millonadas en instalaciones deportivas y eventos de relumbrón, que invertir en el desarrollo de los y las deportistas, quienes son finalmente los que dan uso a los espacios, sin ellos se convierten en elefantes blancos, pues no solo se trata de lo que cuesta hacerlos sino mantenerlos y ahí…ahí también, como en todo, ha fallado la actual administración.
Para Muestra…El Estadio Tlahuicole.
La Noche del Martes se presentó en ese inmueble la selección mexicana femenil, en un partido de preparación rumbo a La copa del mundo de Brasil, frente a su similar de Uruguay.
Previo al arranque del partido cayó un fuerte aguacero en la capital que inundó una buena parte del terreno de juego, las bancas y las gradas del estadio. Desde ahí se empezó a notar que la casa de los Coyotes no cuenta con el debido mantenimiento.
A cubetadas tuvieron que sacar el agua de las bancas, en las tribunas los aficionados que iban llegando a presenciar el partido fueron los encargados de sacar el exceso del líquido. Dolor de cabeza fue la zona del tiro de esquina de la portería sur, totalmente bajo el agua, casi dos horas costó dejar la zona…digamos…transitable…pero fue gracias al staff de la propia selección femenil pues el personal del estadio simplemente no pudo con la tarea.
3 de las 4 pantallas gigantes de led no funcionaban, pero el colmo fue a la hora de los himnos nacionales…del de Uruguay simplemente se escucharon unos pocos acordes pues casi de inmediato un corte de energía eléctrica dejó el estadio en silencio…una absoluta falta de respeto al representativo visitante…afortunadamente la falla eléctrica solo afectaba la zona de palcos del estadio y por ende el sistema de sonido ambiente, de haber sido general pues nos hubiéramos quedado en la penumbra antes del arranque del juego y hasta con el riesgo de que no se celebrara…¡Vaya vergüenza!….ahh pero un día antes la mandamás llegaba acompañada de su pirotécnia al entrenamiento del tricolor.
Restablecida la energía, en lugar de volver a poner el himno Uruguayo, pusieron el nuestro, que un minuto después, corrió la misma suerte, se volvió a ir la energía, solo que esta vez no hubo el silencio sepulcral pues las voces de más de 10 mil aficionados presentes entonamos a capela la letra creada por González Bocanegra.
Durante la presentación de los equipos se repitió la falla, bueno, estuvo así durante todo el partido, el sonido iba y venía…lo que les valió repetidas y sonoras silbatinas del respetable. Afortunadamente, insisto, la falla eléctrica no fue también en el alumbrado del estadio lo que hubiera provocado la suspensión del encuentro.
La cancha no estaba en las mejores condiciones, el sistema de drenaje del Tlahuicole no es de lo más sofisticado por lo que en varias zonas del terreno de juego el balón simplemente se moría, una cancha encharcada en varios sectores. Otro detalle relevante del pobre mantenimiento del lugar.
El Juego…
Pese a los contantes contratiempos ambas selecciones salieron a dar lo mejor, cosa que como aficionados agradecimos. Uruguay fue mejor en la primera mitad; la dupla de Pizarro y Carballo fueron un peligro constante en la meta mexicana, pero ahí apareció la figura de la guardameta Sthepany Barrera quien tuvo una brillante actuación, al final la jugadora del partido.
Barrera sacó dos claras de gol, primero a tiro cruzado de Esperanza Pizarro, la peligrosa delantera del Eibar español y luego en un mano a mano con Wendy Carballo, a quien con elegancia desarmó, para evitar la caída del arco nacional.
Los gritos en la tribuna de portera, portera, fueron constantes reconociendo la valía de la cancerbera. Así llegamos al descanso con empate a cero, la cancha no ayudaba demasiado al lucimiento de las protagonistas.
México salió con una propuesta ofensiva en la segunda mitad en la que el técnico español Pedro López hizo algunos cambios, entre ellos la entrada a la cancha de la número 10 Diana Ordóñez, quien junto a la experimentada Charlyn Corral, comenzaron a hacer trabajar a la portera charrúa Agustina Miranda .
Fue al 58 cuando en una escapada por el sector izquierdo María Sánchez bombeó la pelota, techó a Miranda y el balón pegó en el larguero, el rebote quedó a modo en el botín de Ordoñez quien solo la empujó para que finalmente las más de 10 mil gargantas en el Tlahuicole corearamos el gol de las mexicanas.
Caso curioso, en la cédula arbitral, la central Alex Billeter dio el tanto como un autogol de la zaguera Daiana Farías. No sé qué vio la árbitro, pues claramente los que asistimos a ver el partido pudimos ver como Ordoñez era quien mandaba el balón al fondo de la red. Finalmente era el gol mexicano tan esperado.
Al 78, Charlyn Corral, pegada a la izquierda pone un disparo con gran efecto que se estrelló en el larguero, hubiera sido un golazo, se hubiera caído el Tlahuicole….pero para nuestra mala fortuna esos centímetros extras evitaron que hoy siguiéramos hablando del tanto monumental de la delantera nacional.
Así concluyó el cotejo, victoria mexicana, un partido intenso con emociones en ambas puertas y con un Tlahuicole que claramente no estuvo a la altura de la calidad del cotejo.
Hicieron su Agosto…
En verdad un abuso lo que hacen los vendedores “aprobados” por la triste para vender al interior del estadio. Antes del partido la tradicional “Cheve” la daban a 100 pesos, que barato no es, pero conforme avanzaba el partido, y ante la gran entrada y demanda del producto le iban subiendo, así la chela pasó de 100 a 120 y terminó en 150 pesos. Según el sapo era la pedrada…
Ante el reclamo de algunos aficionados los “cubeteros” solo argumentaban que eran órdenes de la mesa..¿?¿?…claramente no la de redacción.
De igual forma con las botanas, cemitas y maruchans… que se fueron de 70 al inicio hasta los 120 pesotes…solo la pobre vendedora de camarones enteros aplicaba la contraria ante la negativa de los consumidores de adquirir el crustáceo. Comenzó de a 150 el vaso y acabó en 80, pero ni así logró mover su mercancía.
Así pues, la cancha del Tlahuicole, ante un evento de carácter internacional, mostró su falta de mantenimiento, las gradas son por demás incómodas y los aficionados deben de estar muy cerca unos de otros, por lo mismo y ante una probable eventualidad, el lograr evacuar el inmueble sería por demás complicado. Por cierto, fue evidente la ausencia de protección civil, cosa que no me sorprende en lo más mínimo.
La triste siendo triste queriendo vender el estado para grandes eventos internacionales, pero codos como los conocemos, que no invierten lo necesario en mantener un estadio como el Tlahuicole en un gran nivel, menos lo harán con todo lo demás….solo pachanga.
@olaizmau



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