27 de mayo - 2025

Artistas independientes denuncian apropiación institucional del Festival Circo Tlaxcala; exigen que el gobierno deje de adjudicarse logros que no le pertenecen.
Por Stephany Rodríguez
Mientras la Secretaría de Cultura del Estado de Tlaxcala celebra en redes sociales la realización del Tercer Festival de Circo como parte de sus logros, artistas y ciudadanos denuncian lo que consideran una estrategia oportunista del gobierno: promocionar como propio un evento que no financia ni organiza.
Del 29 al 31 de mayo, el Festival Circo Tlaxcala llevará a cabo funciones, conferencias y presentaciones en recintos públicos como el Teatro Xicohténcatl y el Museo Nacional del Títere. Sin embargo, detrás del telón, lo que impera no es el arte circense, sino la inconformidad y el hartazgo. La comunidad cultural señala que el festival es una iniciativa completamente independiente, impulsada por el artista César Augusto, quien ha sostenido el proyecto con recursos propios desde sus inicios.

En la publicación oficial del gobierno estatal no se menciona al organizador ni se reconoce el origen independiente del evento. Esta omisión ha generado indignación entre los seguidores del festival, quienes acusan a la administración de “hacer caravana con sombrero ajeno” y de “colgarse del trabajo de los artistas para quedar bien”, como se lee en los comentarios de la publicación.
“El gobierno no ha puesto un solo peso. Lo mínimo que pueden hacer es facilitar los espacios, porque ni eso les cuesta”, expresó una usuaria. Otro comentario agrega: “Hasta este evento se quieren robar. No saben hacer otra cosa”.

Las críticas no solo se dirigen a la Secretaría de Cultura, sino también a la figura de la gobernadora, a quien acusan de presentarse como promotora cultural cuando, según la comunidad artística, no hay un respaldo real más allá de discursos y publicaciones en redes sociales.
Este episodio evidencia una vez más la distancia entre el discurso oficial y la realidad que enfrentan los artistas en Tlaxcala. Mientras las instituciones buscan protagonismo sin inversión ni gestión, los verdaderos promotores de la cultura continúan trabajando en condiciones precarias, sosteniendo con esfuerzo eventos que deberían contar con el respaldo gubernamental, no con su apropiación.