Refrendo vehicular en Tlaxcala 2025: más caro, más burocrático y con el mismo caos
25 de mayo - 2025

El ajuste en tarifas por la UMA llega sin mejoras visibles en el servicio.

Por Stephany Rodríguez

El refrendo vehicular en Tlaxcala vuelve a convertirse en una carga pesada para los propietarios de automóviles. Aunque las autoridades insisten en que el ajuste en las tarifas responde únicamente al incremento del valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), la realidad en las oficinas de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT) sigue siendo la misma: lentitud, falta de orientación y trámites burocráticos que no se resuelven ni con cita ni con paciencia.

En 2025, pagar el refrendo cuesta 453 pesos para automóviles particulares y 962 para camionetas, mientras que los adultos mayores con credencial del INAPAM deben cubrir 227 pesos. La SMyT asegura que el proceso se ha facilitado con la opción de pago en línea, pero la atención presencial sigue siendo el único recurso viable para muchos tlaxcaltecas, especialmente para quienes no cuentan con acceso a internet o tienen dudas sobre la validación de sus documentos.

El proceso, aunque aparentemente sencillo, se ha vuelto un viacrucis para quienes intentan cumplir en tiempo y forma. Las oficinas abren de 8:00 a 14:00 horas, pero la revisión de documentos termina a las 11:00. Este límite ha generado confusión y molestia entre los usuarios, quienes acuden desde tempranas horas y, aun así, pueden quedar fuera del sistema si su documentación no es validada a tiempo.

Además, el requisito de que los documentos solo puedan ser tramitados por el titular o un familiar directo con el mismo apellido o domicilio complica aún más el procedimiento, especialmente para quienes viven en condiciones familiares distintas o han migrado.

Mientras tanto, la digitalización del servicio sigue siendo mínima. Aunque existe la opción de pagar por internet, el resto del proceso sigue dependiendo en gran parte de la atención presencial. El resultado: largas filas, pérdida de tiempo y usuarios frustrados ante un sistema que parece no estar diseñado para la eficiencia, sino para la resistencia.

El incremento en las tarifas, justificado por la inflación, no ha venido acompañado de mejoras tangibles en la atención ni de un verdadero avance hacia la simplificación del trámite. Tlaxcala actualiza sus precios, pero no moderniza sus procesos. Y como cada año, la ciudadanía es quien paga, no solo con dinero, sino también con tiempo, paciencia y frustración.