Por Edgardo Cabrera

De nueva cuenta sus comentarios festivos contrastan con la triste realidad, o peor aún, pareciera karma, cuando dicen que todo salió bien, vienen o esconden las desgracias.

Resulta que el domingo la secretaría que comanda Marrufo el Marino boletinó a la prensa que el “primer fin de semana de las Olimpiadas Nacionales CONADE se desarrolló sin incidentes”, y presumieron, además, coordinación entre institucionales municipales y federales.

Que luego no se quejen, pero son ellos los que mezclan una cosa, con otra, y si de eso se trata les informamos que este fin de semana se acumularon a la cuenta de la Triste Historia que nos gobierna cuatro homicidios dolosos más, dos serían producto de ejecuciones y uno por riña.

El primero se registró el sábado, se trató de un joven de 22 años de edad baleado en la carretera federal México–Veracruz, cerca del lago de Totolcingo, en los límites entre El Carmen Tequexquitla, y Puebla, derivado de la férrea disputa de la fiscalía local lograron achacárselo a la vecina entidad, por centímetros.

Pero de los que no pudieron hacer más que guardar silencio, fue de un ejecutado a balazos en Santa Apolonia Teacalco, se trató de un hombre de aproximadamente 32 años; un cuerpo que fueron aventar en la comunidad de Ignacio Zaragoza, en Huamantla, ahí lograron detener a tres sujetos, supuestamente la víctima fue sacado de un anexo de adictos; y en Zacatelco una riña dejó a un hombre sin vida luego de que le dispararan, otro más quedó herido.

Y lo que fue un mal chiste, un supuesto “golpe al huachicol” que asestaron en Atlangatepec fuerzas estatales y federales terminó en un ridículo, resulta que la bodega objeto del delito no tenía “miles de litros” como dijeron, en verdad fueron como cuatro garrafones, seis botellas de 10 litros, y como nueve botellas de refresco llenadas de hidrocarburo, el único asegurado salió libre porque pudo acreditar la posesión.

Los defensores de oficio de la triste historia y de la pirotecnia, seguramente dirán que esos incidentes no fueron en las sedes ni en las principales zonas turísticas, como si con ello revivieran a los muertos y la población se sintiera menos insegura.

SEÑAS Y SEÑALES 

A colación de las Olimpiadas Nacionales, la inauguración realizada el viernes fue de contrastes, por un lado, el aguacero retrasó la fiesta y limitó la amenización de los influencers que vinieron de “a gratis” “no contratados”, aseguró el oficialismo, pero no impidió el despliegue de luces, pirotecnia y mariachi. Hay que reconocer, fue espectacular, no se limitaron en despilfarrar recursos públicos, ojalá lo mismo ocurriera para abastecer medicamentos e insumos en hospitales.

Luego vino el discurso bajo la lluvia de la gobernadora y la fotografía con sus invitados, es ahí donde llamó la atención que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo mandara en su representación al subsecretario de Gobernación, César Yáñez Centeno, esposo de la empresaria y ex aspirante a la gubernatura, la morenista Dulce Silva, la misma que no puede ver ni en pintura a Cuéllar, bueno, el sentimiento es recíproco.

También apareció la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez, quien se mantiene arriba de su ladrillo y en propaganda por su deseo de suceder a quien fuera su jefa en la administración estatal.