Aunque el gobierno de Tlaxcala anunció vigilancia en las sedes del Banco del Bienestar, beneficiarios critican largas filas, falta de atención y condiciones inadecuadas para esperar

Por Stephany Rodríguez

Aunque el reciente convenio firmado entre el Gobierno de Tlaxcala y el Banco del Bienestar busca garantizar la seguridad de los beneficiarios durante el cobro de apoyos federales, para muchos adultos mayores lo más urgente no es la presencia de policías, sino una atención digna, eficiente y respetuosa.

La mañana de este miércoles 30 de abril, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros y el director general del Banco del Bienestar, Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, firmaron el Convenio Integral de Seguridad que permitirá que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y policías municipales vigilen las 74 sucursales del banco en la entidad.

“Está bien que nos cuiden, pero lo que necesitamos es que nos atiendan bien, que no nos tengan esperando en el sol. Ya no estamos para andar haciendo filas desde tempranas horas de la mañana”, reclamó don Ernesto, un beneficiario de la pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, quien acude cada mes a la sucursal.

Además de las largas filas y el maltrato, las y los beneficiarios señalan que muchas personas no saben utilizar el cajero automático. “Pedimos ayuda, pero no siempre hay quien nos oriente. A veces los policías nos explican un poco, pero no es su trabajo. Lo que necesitamos es personal capacitado que esté pendiente de nosotros”, comentó la señora Josefina.

Don Luis, quien cobra su apoyo en la sucursal de Tlaxcala, hizo énfasis en que, si bien ha visto policías que permiten el ingreso ordenado en algunas sedes, siguen haciendo falta condiciones básicas. “No hay suficientes sillas, nos tienen de pie por mucho tiempo, bajo el calor, y eso ya no lo aguantamos. Sí hay policías, pero también debe haber más personal, más organización, que esto sea más rápido y digno”, exigió.

Actualmente, el Banco del Bienestar opera más de 3 mil sucursales en todo el país, de las cuales 74 están en Tlaxcala. Sin embargo, ni la cobertura ni la presencia policial parecen ser suficientes si no van acompañadas de un servicio humanizado, con infraestructura adecuada, tiempos de espera razonables y atención empática para los más vulnerables.

Aunque la firma del convenio fue anunciada como un paso hacia la protección de los beneficiarios, la realidad que enfrentan miles de personas mayores en Tlaxcala revela una urgencia mayor: dignificar el proceso de cobro para quienes, después de toda una vida de trabajo, hoy solo piden respeto.