A pesar de ser uno de los estados con menos urgencias por cannabis, Tlaxcala registra un incremento en los casos.

Por Stephany Rodríguez

De acuerdo con registros preliminares de la Secretaría de Salud al 2 de abril de 2025, entre 2012 y 2024 se atendieron 15,379 casos de trastornos por consumo de cannabinoides en servicios de urgencias en México. Esta cifra, lejos de ser anecdótica, refleja una problemática de salud pública que suele subestimarse entre discursos de legalización y consumo libre.

La información, revela una tasa nacional de 6.12 casos por cada 100 mil habitantes, ajustada a la población promedio del periodo. Aunque los números varían drásticamente entre entidades, los contrastes evidencian dónde se encienden las alertas y dónde aún se puede prevenir.

Aguascalientes lidera la incidencia nacional con una tasa de 83.01, seguida de la Ciudad de México (56.94) y Baja California Sur (24.05). En cambio, Tlaxcala se ubica entre las entidades con menores tasas del país, con apenas 2.61 casos por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, el repunte es notorio: en total se atendieron 35 personas, 28 hombres y 7 mujeres, una cifra superior al promedio de años anteriores.

Lo que podría tomarse a la ligera como un “mal viaje” tiene implicaciones clínicas. De acuerdo con los registros, los hombres constituyen más del 85% de los casos atendidos, lo que confirma una brecha de género también en el consumo problemático. En entidades como la Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México, los casos masculinos se cuentan por miles.

El panorama es especialmente relevante en el contexto del llamado “Día Internacional de Apestar las Calles”, que busca cuestionar con ironía el consumo irresponsable y romantizado de cannabis. Lo que inicia como una celebración de la libertad individual, termina en muchos casos en una sala de espera hospitalaria.