7 de abril - 2025

Mujeres trabajan sin pago a cambio de alimentos, mientras el gobierno promociona el programa como un acto de apoyo.
Por Stephany Rodríguez
En la inauguración de la construcción de guarniciones y pavimentos con adoquín en la calle Tequicuentla, segunda sección Mazatecochco, la gobernadora de Tlaxcala destacó diversos logros sociales, entre ellos, el Banco de Alimentos estatal. En su discurso, presentó la iniciativa como un programa de apoyo dirigido a mujeres en situación vulnerable. No obstante, se omite que estas mujeres desempeñan tareas como clasificar, empacar y distribuir alimentos, sin recibir remuneración económica, a cambio únicamente de llevar alimentos a sus hogares.
“Van mujeres a hacer voluntarias… no cobran, pero se llevan la [comida] para todas sus semanas, y eso es la ayuda que da también el gobierno,” mencionó la gobernadora. Estas palabras ponen de manifiesto un modelo que, aunque presenta una apariencia solidaria, esconde la realidad de un trabajo no remunerado bajo la figura del “voluntariado”.
El Banco de Alimentos opera con productos donados por empresas como Walmart, Costco y cadenas restauranteras. Aunque la iniciativa tiene un propósito loable, sobre su sostenibilidad, dado que depende del trabajo gratuito de mujeres vulnerables.
En un contexto donde el empleo informal y la feminización de la pobreza continúan siendo problemas estructurales, el uso del trabajo gratuito de mujeres vulnerables para sostener programas sociales.
Normalizar que quienes menos tienen sean quienes sostienen estas iniciativas, sin recibir compensación más allá de lo estrictamente necesario para su supervivencia.