Por Mauricio Hernández Olaiz

Y es que eso fue, un berrinche. Según el diccionario de la real academia española significa “una irritación grande que se manifiesta ostensiblemente” y vaya que fue ostensible.

Al ser el único contra peso evidente para su presidencia, López Obrador decidió crear una reforma, que no era otra cosa, que la búsqueda de la extinción de uno de los poderes de la unión para transformarlo en un ente dócil, a modo, manipulable y parte sustancial de su perverso movimiento.

Durante seis años el aparato gubernamental lideró una campaña de desprestigio nunca antes vista en contra del poder judicial, a pesar de que hasta ese momento era el poder con mayor confianza de la ciudadanía.

López no tuvo empacho alguno desde su mañanera en desprestigiar a todas las personas juzgadoras: jueces, juezas, magistrados, magistradas, ministros y ministras, todos y todas se vieron expuestas por años a sus ataques personales, al desprestigio de su labor, sin reparar en lo absoluto en las consecuencias.

El estilo único de comunicar del ex mandatario tuvo su recompensa, pues pese a la clara intención de dejar a México sin la división de poderes y los necesarios contrapesos, el 2 de junio la ciudadanía decidió entregarles todo el poder con mayorías legislativas y con ello, sentenció a muerte al poder judicial.

Cuando López Obrador llegó al poder, tenía muchos planes en mente para consolidar su proyecto. Muchos de esos planes implicaban violar los derechos humanos. Como hubieran hecho con cualquier administración y partido, los jueces constitucionales del país hicieron lo que les tocaba y actuaron como contrapeso cuando consideraron que las acciones del ex presidente atentaban contra la Constitución, eso llevo al mesías de la transformación a hacer un enorme berrinche, uno que se agravó cuando la ministra presidenta, Norma Piña, no se puso de pie para recibirlo, por ello juró desaparecer al poder judicial.

 Lo logró.

Y es que cuando presentaron a  la elección popular como la solución a todo lo que estaba mal con la justicia, cualquiera con dos dedos de frente supo que era la peor idea jamás pensada, un verdadero contra sentido, un atentado vulgar en contra de un poder que requiere de una alta especialización, pese a ello, dos miembros sumamente privilegiados en el pasado como ministros de la corte, Olga Sánchez Cordero y Arturo Zaldívar, se convirtieron en viles abanderados de la idea de un desquiciado macuspano hambriento de poder, comenzando ellos también un ataque contra el mismo poder que los acogió, y que sabían mejor que nadie no necesitaba ser destruido, sino reformado.

Hoy hasta los más ciegos empiezan a ver que el ir a votar por jueces, magistrados y ministros es una verdadera pendejada. Todo está mal hecho, hay grandes vacíos, los cuales están generando una enorme confusión que acabará resultando en un gran desastre.

Los que son candidatos, en su mayoría, son afines al sistema, amigos, colegas o compadres de las esferas del poder. En Tlaxcala es harto evidente que aquellos “tomboleados” no son más que allegados, cercanos y consentidos de la mandataria, una tómbola mágica que ayudó a los afines y desterró a los experimentados, cuyo pecado fue el no ser besa manos de la jefa.

Las encuestas nos dicen que la mayoría de la población no tiene ni la menor idea de para qué es la elección extraordinaria del 1 de junio. La reforma berrinche del presidente les pasó de noche, les dieron el voto sin importar las consecuencias, hoy muchos de ellos en su resaca electoral solo alcanzan a medio cuestionar…¿Es neta que vamos a votar por los jueces?…si, y por los magistrados y ministros…¿Y esos que hacen, pa que sirven?…¡Amonooos!

López sabía lo que hacía con su berrinche, probablemente es el que mejor conozca al mexicano, al de abajo, al de las becas y apoyos sociales, sabía que lo apoyarían, aunque no entendieran ni madres, y el que no lo entendieran, es precisamente a lo que le apostaba el tabasqueño.

Hoy las encuestas lo revelan…clara y abiertamente, la gente no tiene ni idea, pero peor aún, no piensan participar…

¿Cómo? Luego de que votaste por la continuidad de la dictadura morenista, luego de que les diste un cheque en blanco, luego de que eres responsable de la destrucción del judicial, ¿no quieres participar?.NO…¿Por qué no? Pues porque me vale madre, además no conozco a ninguno de los candidatos….

Sí, eso también reflejan las recientes encuestas, la gente no tiene ni idea de quien estará en las boletas…Pero cuando se van enterando, de pasadita, de bote pronto, que el promedio de tiempo para estar en la casilla y emitir sus votos será de más de 15 minutos, ahí, ahí se acaba de fregar la cosa…¡Ni loco perderé mi descanso pa andar haciendo fila todo el día!….Pero tú, tú, propiciaste esto…Ahora, ve a votar que además va a costar más de 13 mil millones de pesos….¡Nel qué! Además ese día juega el América…¡Viva el temo libre!

Todos, todos, los berrinches tienen un precio…pero me atrevo a afirmar que el berrinche más costoso de todos los tiempos fue el de un ex presidente, encumbrado en mesías y cuyo exabrupto nos costó un poder judicial…

Yo solo espero en dios no tener que recurrir para nada a la justicia en lo que me resta de vida…

@olaizmau

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