14 de marzo - 2025

La desaparición de polinizadores amenaza la reproducción de estas especies en varias regiones del país.
Por Stephany Rodríguez
La crisis ambiental que enfrenta México ha puesto en peligro la supervivencia de las orquídeas y la vainilla, dos especies que dependen de la polinización natural para su reproducción. Aunque en Tlaxcala la producción de orquídeas sigue vigente, la falta de polinizadores y el mal manejo de los cultivos han provocado una alarmante disminución de estas plantas en todo el país.
Carlos Arturo Luna Gómez, presidente del Festival de la Orquídea, explicó que la problemática no es exclusiva de Tlaxcala, sino que afecta a estados productores como Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Tabasco y Veracruz.
“La desaparición de los insectos polinizadores es alarmante. En algunos lugares aislados de San Luis Potosí y Veracruz aún se encuentran, pero en la mayoría de las zonas han desaparecido. Sin estos insectos, la reproducción de las orquídeas y la vainilla se ve gravemente afectada”, advirtió Luna Gómez.
A esto se suma la sobreexplotación comercial de la vainilla, cuya vaina es recolectada en verde sin permitir su maduración natural, dañando los árboles en los que crece y reduciendo su capacidad de regeneración.
La conexión entre las orquídeas y la vainilla
La vainilla (Vanilla planifolia) pertenece a la familia de las orquídeas (Orchidaceae), lo que significa que, aunque todas las plantas de vainilla son orquídeas, no todas las orquídeas producen vainilla. Esta orquídea es una enredadera que crece en árboles y produce frutos en forma de vainas largas y aromáticas, utilizadas en la gastronomía y la industria cosmética.
La relación entre las orquídeas y sus polinizadores es altamente especializada. Muchas especies dependen de un insecto en particular para su reproducción, lo que las hace especialmente vulnerables a los cambios ambientales. Sin polinizadores, las flores no logran fecundarse y, por lo tanto, la producción de frutos y semillas disminuye drásticamente.
Ante esta crisis, el Festival de la Orquídea busca generar conciencia y fomentar la preservación de estas especies en todo el país. Como parte de sus iniciativas, se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos a través de la venta de playeras, cuyos ingresos serán destinados a proyectos de conservación en diferentes estados.
“La cultura es un motor económico y un símbolo de identidad. Queremos involucrar a artistas para generar un impacto social y ambiental que ayude a proteger nuestras orquídeas y la vainilla”, señaló Luna Gómez.
Desde la década de los noventa, diversas dependencias han monitoreado la disminución de especies vegetales, incluyendo las orquídeas y la vainilla. La invasión del hábitat natural ha provocado la desaparición de los insectos polinizadores, como ciertas especies de abejas, indispensables para la reproducción de estas plantas.
En Belén Atzitzimititlán, Tlaxcala, casi el 50% de la población de alrededor de 4 mil habitantes posee su propio orquideario, consolidando a la comunidad como una de las principales productoras del centro del país. Sin embargo, sin medidas urgentes de conservación, esta riqueza natural podría desaparecer en los próximos años.
