10 de marzo - 2025

Fin de semana marcado por levantones, detonaciones y amenazas con armas de fuego.
Por Stephany Rodríguez
Pese a que la semana pasada el gobierno estatal presumió la puesta en marcha de su programa de desarme voluntario, los hechos violentos del fin de semana evidencian su ineficacia. Municipios como San Pablo del Monte, Tenancingo, Papalotla y Tepetitla de Lardizábal registraron incidentes relacionados con la portación y uso de armas de fuego, algunos de ellos con amenazas directas a ciudadanos.
Uno de los casos más alarmantes ocurrió en San Pablo del Monte, en la colonia San Isidro Buensuceso, donde un grupo de cuatro personas tres hombres y una mujer presuntamente secuestraron a un hombre vestido de negro y sombrero. El afectado fue obligado a subir a un vehículo Matiz azul con placas YJJ-6353 y una canastilla en la parte superior. Hasta el momento, no se ha informado sobre su paradero.
En Tenancingo, se reportaron al menos dos hechos graves relacionados con armas de fuego. En la colonia San Miguel Tenancingo, varios hombres fueron denunciados por amedrentar a un vecino mientras portaban armas. La persona que realizó la llamada de emergencia se encontraba en estado de nerviosismo y solicitó apoyo urgente. En otro punto del mismo municipio, alrededor de ocho hombres armados con pistolas y rifles fueron vistos en una camioneta Honda gris y un Aveo negro, aparentemente amenazándose entre ellos.
La violencia también alcanzó Papalotla de Xicohténcatl, donde se reportaron al menos cinco detonaciones de arma de fuego durante un evento de Carnaval en la colonia Tenantitla. Vecinos alertaron a las autoridades por temor a que la situación se saliera de control.
En Tepetitla de Lardizábal, un hombre descendió de un Jetta Clásico azul, sacó un arma de fuego y amenazó a varias personas en la calle Xicohténcatl, a dos kilómetros del salón social Santa Julia. Testigos solicitaron la presencia de la policía para controlar la situación.
Estos hechos contrastan con los esfuerzos anunciados por el gobierno estatal en su estrategia de desarme, que pretendía reducir la violencia en la entidad mediante la entrega voluntaria de armas. Sin embargo, el alto número de incidentes armados en distintos municipios demuestra que la circulación de armas ilegales sigue siendo una amenaza latente en Tlaxcala.