Guardar pequeñas cantidades de dinero puede ser una solución ante imprevistos.

Por Stephany Rodríguez

Ante la incertidumbre económica que viven muchas familias en Tlaxcala, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda adoptar el “ahorro hormiga” como una estrategia sencilla pero efectiva para generar un respaldo financiero sin afectar el presupuesto diario.

Sin embargo, aunque esta práctica puede marcar la diferencia en momentos de emergencia, no todos los tlaxcaltecas la conocen o aplican. Para conocer más sobre su impacto, Gentetlx entrevistó a tres personas con diferentes perspectivas sobre este método de ahorro.

Entre el desconocimiento y la práctica

Fátima, una joven empleada, admite que nunca había escuchado sobre el “ahorro hormiga”. “No tenía idea de que existía algo así. Suelo gastar el cambio que me queda en la cartera sin pensar en guardarlo. Ahora que lo sé, creo que sería útil intentarlo para tener un respaldo en caso de emergencia”, comenta.

En la misma línea, Ricardo Morales, taxista en San Pablo, menciona que desconocía la recomendación de Profeco, pero reconoce que muchas veces el dinero pequeño se gasta en cosas innecesarias. “Nunca lo he hecho, pero si me hubiera acostumbrado a guardar aunque sea las monedas de diez pesos, seguro tendría una buena cantidad ahorrada”, reflexiona.

Por otro lado, Mónica, asegura que lleva años aplicando este método sin saber que tenía un nombre. “Yo siempre guardo las monedas de cinco y diez pesos en un frasco. Cuando se llena, lo uso para emergencias o gastos extra en mi negocio. Es una ayuda que no se siente en el día a día, pero hace la diferencia cuando se necesita”, explica.

La Profeco destaca que este tipo de ahorro permite hacer frente a imprevistos sin endeudarse y fomenta hábitos financieros saludables. La clave está en la constancia y en evitar retirar el dinero antes de alcanzar una meta.

El “ahorro hormiga” es una opción accesible para cualquier persona, sin importar su nivel de ingresos. Mientras algunos tlaxcaltecas lo desconocían por completo, otros ya lo han convertido en un hábito que les ha permitido sortear imprevistos sin afectar su economía diaria.