La tradición de vestir al Niño Dios enfrenta retos en Tlaxcala
2 de febrero - 2025

Restauradores y comerciantes resienten el alza de precios en insumos y vestimenta

Por Stephany Rodríguez

La tradición de vestir al Niño Dios para el Día de la Candelaria sigue vigente en Tlaxcala, aunque mantenerla se ha vuelto un desafío para restauradores, comerciantes y fieles, quienes han enfrentado un aumento significativo en los costos de materiales y productos esenciales para esta celebración.

Tomás Ramírez Juárez, restaurador con más de 40 años de experiencia, trabaja en distintas parroquias, como San José, Contla, Amaxac y el centro de Tlaxcala, ofreciendo la reparación de imágenes del Niño Dios. Explicó que los materiales que utiliza, como yeso, pintura de aceite y thinner, han incrementado su precio en comparación con el año pasado.

«La pintura subió 200 pesos por litro y el thinner aumentó 20 pesos más. Eso nos afecta bastante porque necesitamos estos materiales para los arreglos», comentó.

Ramírez detalló que las partes más dañadas suelen ser los dedos, la cabeza y las manos de las figuras, cuya reparación puede tardar entre media hora y una hora y media, dependiendo del daño. «El costo va desde 80 hasta 400 pesos, según la complejidad del trabajo. Hay que tener paciencia», explicó.

A pesar de mantener precios accesibles, el restaurador ha notado una disminución en la afluencia de clientes en los últimos años, lo que atribuye a cambios en las creencias religiosas de algunas familias. No obstante, se mantiene firme en continuar con el oficio que aprendió desde niño. «Desde los ocho años empecé poniendo dedos de plastilina con pintura y ahora mis hijas también me ayudan», compartió.

En algunos casos, las restauraciones pueden tomar días, como ocurrió recientemente con una imagen del Niño Dios que recibió completamente fragmentada. «Era de la bisabuela de la familia que lo trajo. Estas imágenes antiguas son distintas a las de ahora, pero las reparan porque tienen un valor sentimental y, en algunos casos, porque creen que son milagrosas», explicó.

Por su parte, vendedores de atuendos para el Niño Dios, con más de 20 años en el oficio, señalaron que el precio de las telas y accesorios también ha subido, lo que ha complicado mantener costos accesibles. «El traje más solicitado ha sido el del Niño de la Paz, cuyo precio oscila entre 200 y 400 pesos, dependiendo de la talla. También están los bordados artesanales, como el de tenango, que van de los 350 a los 500 pesos», detalló uno de los comerciantes.

A pesar de la demanda de vestimenta con diseños modernos, como trajes de equipos de fútbol, algunos vendedores prefieren mantenerse fieles a la tradición y no confeccionarlos. «Prefiero respetar la esencia religiosa de la celebración», afirmó uno de ellos.

Entre los compradores, en su mayoría amas de casa, el gasto en vestimenta varía entre 400 y 600 pesos. «Hay trajes muy bonitos, pero a veces no alcanza para uno tan lujoso. Lo importante es el significado de llevarlo a bendecir», comentó doña Imelda López, una fiel que cada año viste a su Niño Dios para presentarlo en la iglesia.

A pesar de los retos económicos, la tradición de la Candelaria sigue viva en Tlaxcala, gracias al esfuerzo de restauradores, comerciantes y fieles que buscan preservar esta celebración.