2 de octubre - 2024
Pensar, decir y hacer: responsabilidad de la 4T
Por Vicente Morales Pérez
El pasado 1 de octubre de 2024, México vivió un momento histórico que estará escrito en los anales de la historia por generaciones: la toma de posesión de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer en ser presidenta de México. Su toma de posesión no solo marca un cambio en la administración del país, sino que también representa un avance significativo hacia la igualdad de género en la política mexicana. La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo se convierte en la primera mujer en asumir la presidencia, y con ello, se consolida un nuevo paradigma en la historia política de México, por ello, desde su inobjetable victoria del pasado 2 de junio, ha esgrimido la frase “No llego sola”.
Su llegada al poder es un testimonio de la lucha de muchas mujeres que, a lo largo de los años, han trabajado incansablemente para abrir espacios en la política y en la sociedad. Este hecho no solo inspira a las mujeres de México, sino que también envía un mensaje potente a las nuevas generaciones: la política es un campo donde las mujeres pueden y deben tener un papel protagónico; es así como se demuestra que el liderazgo no tiene género, sino capacidad, compromiso y visión.
Otra singularidad es que, por primera vez en la historia del país, los tres poderes de gobierno estarán encabezados por mujeres. Este hecho es un avance sin precedentes que refleja un cambio cultural profundo en la sociedad mexicana. El Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial bajo el liderazgo femenino no solo simboliza una transformación en las estructuras de poder, sino que también promete un enfoque más inclusivo y representativo en la toma de decisiones que afectan a la ciudadanía
La presidenta de la república la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo no asume este nuevo reto sola. Los gobiernos locales de cada estado tienen el compromiso de sumarse a su proyecto de gobierno para consolidar la Cuarta Transformación. Para Tlaxcala la relación que hay entre nuestra gobernadora, la Lic. Lorena Cuéllar Cisneros, y nuestra nueva presidenta será un ejemplo de trabajo conjunto y de colaboración entre mujeres en posiciones de liderazgo. Esta buena relación es esencial, no solo para la gobernabilidad, sino también para fomentar un entorno de apoyo y camaradería entre líderes femeninas. En un país donde la política ha estado históricamente dominada por hombres.
Esta sinergia es especialmente relevante en un momento en el que el país enfrenta desafíos enormes. La colaboración entre ambos gobiernos, local y federal debe allanar el camino para la implementación de estrategias efectivas y humanistas que prioricen el bienestar social.
El hecho de que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo sea la primera mujer en comandar las fuerzas armadas de México al asumir el papel de presidenta de nuestro país es otra señal del cambio que se está viviendo. Nuestra presidenta tiene la oportunidad de dejar una huella imborrable en la historia de México, al ser la primera presidenta de México. No cabe duda de que su actuar estará siempre en la mira de todos los estudiosos, críticos y ciudadanos; no solo por ser mujer, sino por el compromiso de dar continuidad a los proyectos y principios del expresidente Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación.
En lo personal, desde la trinchera del Congreso del Estado, doy mi respaldo total a nuestras dos grandes lideres, a nuestra presidenta la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo y a nuestra gobernadora la Lic. Lorena Cuéllar Cisneros, porque afirmo que tienen las cualidades necesarias para llevar a buen puerto a nuestro país y a nuestro estado. Hoy es tiempo de mujeres, como se ha dicho varias veces, es tiempo de nuevos preceptos, es tiempo de forjar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
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