«La creciente violencia contra ciudadanos poblanos en Tlaxcala pone en evidencia la ineficacia en la gestión de seguridad»

Por Stephany Rodríguez

Medios poblanos han puesto en el centro del debate la alarmante inseguridad en Tlaxcala, tras documentar la ejecución de 12 ciudadanos originarios de Puebla durante el mes de agosto. Este incremento en los homicidios revela no solo la violencia endémica en la región, sino también serias deficiencias en la coordinación y respuesta de las autoridades locales.

Desde el 2 de agosto, cuando se encontraron los cuerpos de cuatro hombres en Tenancingo, todas las víctimas de Amozoc, Puebla, hasta el reciente hallazgo de tres cuerpos en San Pablo del Monte el 21 de agosto, la violencia ha mostrado un patrón de ejecuciones que destaca la creciente incapacidad para proteger a los ciudadanos y mantener el orden en la frontera entre Puebla y Tlaxcala.

El 13 de agosto, los homicidios en San Pablo del Monte y Tepetitla de Lardizábal evidencian un aumento en la brutalidad de los crímenes. Las víctimas, también de Puebla, fueron asesinadas con armas de fuego y mediante traumatismos craneoencefálicos, reflejando una escalada preocupante en la violencia organizada que las autoridades parecen incapaces de frenar.

El 15 de agosto, los cuerpos encontrados en Tlaxco, con causas de muerte variadas, subrayando la falta de medidas preventivas y la ineficacia en la respuesta de las fuerzas de seguridad regionales. La ausencia de una estrategia coordinada entre los estados de Puebla y Tlaxcala permite que la violencia persista sin control.

Los hallazgos del 20 y 21 de agosto, con víctimas de asfixia mecánica y disparos de arma de fuego.

La cobertura de estos casos por medios poblanos no solo pone en evidencia la crisis de seguridad en Tlaxcala, sino que también exige una respuesta inmediata para proteger a los ciudadanos y restaurar la confianza en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad.