Por Camila Tornel

El estado de Tlaxcala siempre ha presumido ser una entidad tranquila y segura, donde prácticamente nunca pasaba nada fuera de lo normal.

Pero últimamente, la situación ha cambiado y no solo es a consecuencia del clima de inseguridad que priva en gran parte del país.

Los conflictos poselectorales en los que están inmersos varios municipios han generado un clima de inestabilidad, falta de certeza y probables brotes de ingobernabilidad entre la población.

Ahí están los municipios de Tecopilco, Huamantla y Xiloxoxtla y el distrito local 15 con cabecera en San Pablo del Monte, por mencionar algunos, en donde por injerencia del Poder Ejecutivo estatal y con la complacencia de la autoridad electoral local, concretamente el TET, la situación se ha tornado incierta.

Aunque las autoridades estatales insistan en que Tlaxcala es tranquilo y seguro, lo cierto es que por privilegiar intereses particulares, de grupo y dinásticos, el gobierno del estado tiene en sus manos un polvorín que amenaza con estallar.

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Gentetlx