Acoso e intimidación

Por Stephany Rodríguez

En el plantel 9 de Tlaxco, se han reportado una serie de acusaciones, intimidaciones y amenazas por la directora Martha N y el prefecto Pedro N. Un padre de familia, cuyo nombre se mantiene en el anonimato por seguridad, ha decidido utilizar los medios de comunicación para hacer pública la situación que enfrenta su hija, quien es la víctima principal de estos actos.

El conflicto comenzó cuando el padre solicitó un cambio de turno para su hija. La directora Martha N le pidió apoyo en la venta de maquinaria de jardinería y dos pantallas a cambio de concederle el cambio. Estas ventas, según la directora, serían para adquirir material de laboratorio. Sin embargo, al consultar con otros padres, descubrió que dichos equipos habían sido donados previamente por los mismos padres de familia para mejorar las instalaciones del plantel. Indignado, se negó a colaborar en lo que considera una transacción injusta y poco ética.

Tras su negativa, el prefecto Pedro N comenzó a enviar mensajes intimidatorios a la hija del denunciante. En una serie de conversaciones por WhatsApp, el prefecto dejó claro que si la familia decidía hacer pública la situación, habría represalias, respaldándose en sus conexiones políticas con el diputado morenista Jorge Caballero Román.

En las conversaciones, el prefecto Pedro afirmó que no se haría caso a las peticiones de cambio de turno a menos que se siguieran las indicaciones de la directora. Cuando el padre cuestionó la venta de las donaciones de los padres de familia, Pedro respondió con una amenaza velada. El padre, mostrando firmeza, le pidió al prefecto que dejara de molestar a su hija, expresando su intención de reportar el acoso y cuestionando cómo había obtenido su número. La respuesta del prefecto,
‘Usted no sabe quién soy’, fue contestada con determinación por el padre: ‘Exactamente no sé quién sea y no me importa’.

El padre se encuentra preocupado, especialmente porque se han confirmado las ventas de la maquinaria y las pantallas, sin que se haya visto ninguna mejora en los laboratorios del plantel. El dinero recaudado sigue sin un destino claro.

El padre afectado ha solicitado la intervención de las autoridades correspondientes para investigar el paradero del dinero obtenido de estas ventas y, principalmente, para poner fin a las amenazas y actos de intimidación por parte de los empleados de la institución hacia los estudiantes.