¿Qué esperar?
11 de abril - 2024

Por Mauricio Hernández Olaiz

¿Qué se puede esperar de un gobierno sin corazón? ¿Qué se puede esperar de un gobierno indolente? ¿Qué se puede esperar de un gobierno incapaz? La respuesta es lamentablemente sencilla. Nada.

Con un sentido homenaje la triste historia cerró otro de sus más lamentables capítulos. Con un sentido homenaje, al cual la gobernadora no asistió, se evidenció lo que era ya evidente, una total ineptitud.

¿Cuántas vidas ya se perdieron por la negligencia, estupidez, los negocios y hasta la desidia de la triste historia? Por eso es triste, muy triste. Tristeza solo superada por el dolor de una familia.

¿Por qué fue dejado a su suerte el elemento? ¿qué sucedió en realidad en Zacatelco? Son muchas las versiones, pero no hay información oficial. Un taxista víctima de la delincuencia, un policía muerto por el hartazgo social, dos más entre la vida y la muerte. ¿Porqué?

La triste se comporta alegre, con la mano en el corazón la mandamás afirma que estamos en el paraíso, por ello no lamenta lo de Zacatelco, ni una línea, ni un pésame, ni un mensaje a la familia, mejor corrió al palacio a lado del otro sin alma, para acabar de confirmar la destrucción del sistema de salud de Tlaxcala.

A ella poco le importa si ustedes o yo tenemos garantías de seguridad o salud, a ella poco le importa si te matan a balazos tres hampones, a ella poco le importa si eres linchado por una turba de inconscientes.

Nada puede justificar la violencia, nada, aunque la triste se empeña como nunca en ser esa excusa. Y es que la gente está harta de la delincuencia que opera impune y con manga ancha. Igual en Tizatlán protestan y queman un auto, igual cientos salen a protestar en Calpulalpan, otros a linchar policías, víctimas ellos del poco profesionalismo de su secretaría, los mandó a la guerra sin fusil.

Todos esos hechos, acontecimientos, no le merecen ni una coma, ni una palabra, un gesto, menos un video, solo mantiene su costumbre de ponerse la mano en el corazón. ¿Yo dudo que tenga? .

Pero aquí el “cachorro” no se libra. Presidente sinvergüenza, de por si la triste poco hace por la seguridad y cuando lo hace este individuo se da el lujo de mandarlos al cuerno.  No le importa su gente, ni su municipio, ocupado en empoderar a su propio cachorro que se ha pasado abofeteando la ley electoral con su campaña mega adelantada, hoy dizque simulada, pero igual de ilegal y grotesca. Si el hijo de Hildeberto Pérez gana en Zacatelco, entonces si no habrá ni triste historia que los justifique, ni gente que les perdone. Si unos billetes valen la vida y seguridad de su municipio, con su pan se lo coman, pero no vuelvan entonces a tocar a nadie ni con el pétalo de una rosa.

Ya estábamos mal, ahora estamos peor, pero señora no se le ocurra volver a repetir eso de que somos los más seguros, no solo porque ya nadie lo cree, sino porque sería faltarle el respeto a un pueblo de Tlaxcala que vive, que sufre en carne propia el dolor, el miedo y la incertidumbre, sensaciones que seguro estoy no conoce, pues con seguridad pagada por la gente a la que no protege, con dinero que la gente tampoco tiene, cualquiera viviría en su tierra de la fantasía.

¿Qué esperar de un gobierno que pese a todo…le vale? Nada

En otro lado, en otra historia, el presidente municipal, la procuradora, el secretario de seguridad y el de gobierno presentarían su renuncia, pero estamos en la triste historia en dónde la incapacidad se celebra, en donde la indolencia se aplaude, en dónde la ineptitud se perdona y la inseguridad se tapa.

Mis condolencias a las familias de los caídos.

@olaizmau

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