Cortesía Fabián Robles/Faronoticias

El Síndrome Guillain-Barré “no es una enfermedad nueva”, sostuvo el médico internista e infectólogo, Alejandro Macías, quien consideró necesario investigar y determinar si en los casos registrados en Tlaxcala en lo que va de este año “hubo una contaminación masiva, si algún grupo de la población consumió algo contaminado, probablemente agua, con Campylobacter”.

Entrevistado en Grupo Fórmula sobre ese mal, explicó que esa bacteria, común en la carne de pollo cruda, es un factor clave en esta enfermedad, por lo que es necesario evitar la llamada “contaminación cruzada” y adoptar rigurosas medidas de higiene al manipular carnes crudas de cualquier tipo, principalmente pollo, así como al preparar frutas y verduras.

Abundó que la bacteria Campylobacter es la principal asociada al Síndrome Guillain-Berré, “aunque no la única” (…) pero si cocinamos el pollo, como lo hacemos siempre, no hay problema, es segura. Que la gente no tenga pánico, pueden consumir carne de pollo, pero debe evitar la contaminación cruzada”.

El también catedrático de la Universidad de Guanajuato refirió que, por cada millón de habitantes, se presentan en promedio “unos diez casos de Guillain-Barré cada año”, y ejemplificó que en Ciudad de México “puede haber 200 casos cada año, entonces es algo que ya se conoce”.

Sin embargo, advirtió que “lo que pasó en Tlaxcala es que, el número de casos para un estado tan pequeño, excede con mucho la incidencia natural del Guillain-Barré (…) una cosa que sorprende de este brote en Tlaxcala es que tanta gente se encuentre grave, ocho graves y todavía algunas decenas hospitalizados, no suele ser así”.

Insistió en indagar si la población afectada “consumió algo contaminado, y consideró que si “las autoridades (de Tlaxcala) están buscando el Campylobacter en las pollerías, no dudo que lo van a encontrar, pero si vamos a cerrar pollerías porque encuentran Campylobacter, pues vamos a cerrar la mitad de las pollerías del país, y no es así”.

De acuerdo con reportes de autoridades sanitarias federales, en todo el año 2023 en Tlaxcala se registraron 11 casos de dicho síndrome.

DATOS CONTRADICTORIOS

El pasado 29 de marzo, la Secretaría de Salud federal reportó en un comunicado de prensa cuatro defunciones asociadas al Síndrome Guillain-Barré, pero el gobierno de Tlaxcala hasta esa fecha solo reconocía tres decesos.

Según los datos de la Federación, hasta la semana epidemiológica 12, se habían notificado 81 casos de parálisis flácida aguda (PFA) distribuidos en 30 municipios de Tlaxcala. De éstos, 42 casos han mostrado aislamiento positivo a la bacteria Campylobacter jejuni, 34 han sido clasificados como síndrome de Guillain-Barré (SGB), y se han registrado cuatro defunciones que se encuentran en dictaminación por parte del grupo de personas expertas.

Por su parte, el sector salud de Tlaxcala reportó que a las 13:33 horas del pasado 29 de marzo “al evolucionar favorablemente, aumentó a 57 el número de personas que han sido dadas de alta tras recibir tratamiento por Parálisis Flácida Aguda”; sin embargo, a las 16:56 horas de ese mismo día informó que sumaban 58 pacientes que ya habían superado ese mal.

En su reporte, refirió que hasta la fecha señalada había 81 casos acumulados de ese tipo de parálisis asociada al Síndrome Guillain-Barré, de los cuales 58 pacientes habían sido dados de alta, siete estaban graves -uno menos que el dato dado a conocer el 25 de marzo-, tres defunciones y 21 hospitalizados.

Sin embargo, la suma de todos esos casos da un total de 89 y no los 81 reportados por el sector salud de Tlaxcala.

En los comunicados de prensa del gobierno encabezado por Lorena Cuéllar Cisneros no hay explicación alguna de esa disparidad de datos y tampoco información sobre las cifras contradictorias de decesos.

Tampoco se ha informado qué paso con el octavo paciente que, hasta el lunes 25 de marzo, se encontraba en terapia intensiva y su estado de salud era considerado grave.

CONTAMINACIÓN CRUZADA

El Sector Salud en el Estado de Tlaxcala recomendó a la población seguir cinco pasos básicos de higiene para evitar la contaminación cruzada de alimentos, con la finalidad de prevenir enfermedades gastrointestinales y otros padecimientos como el Síndrome de Guillain-Barré.

Subrayó que el adecuado manejo, preparación y consumo de alimentos, tanto en hogares como en establecimientos que elaboran platillos, es fundamental para evitar la transferencia de virus, bacterias o parásitos que afectan la salud de las personas.

El primer paso consiste en lavar y desinfectar las manos antes de manipular carne cruda o vegetales sin desinfectar.

El segundo, es evitar que los utensilios con los que se preparan alimentos crudos o sin desinfectar entren en contacto con los alimentos cocidos o listos para consumir.

Y el tercero, en mantener desinfectado el trapo que se usa para limpiar la cocina, para lo cual es necesario sumergirlo previamente en un recipiente con agua y unas gotas de cloro o yodo.

El cuarto paso implica lavar y desinfectar todos los utensilios y superficies que entren en contacto con los alimentos crudos, y el quinto, que la carne cruda y los vegetales sin desinfectar se coloquen en compartimentos distintos dentro del refrigerador, a fin de tenerlos separados de alimentos ya preparados, y mantener la comida en recipientes bien cerrados para evitar que se contaminen con bacterias.

El Sector Salud explicó que la contaminación cruzada de alimentos puede ocurrir de tres maneras: la primera, cuando los alimentos cocidos o listos para consumir se ponen en contacto directo con productos crudos.

La segunda, de persona a alimento, cuando se tocan alimentos crudos o sin desinfectar y no se hace el correcto lavado de manos posterior para manipular otros alimentos listos para consumir; y la tercera, de superficie a alimento, cuando los utensilios sucios se ponen en contacto con alimentos listos para consumir.

El Sector Salud recordó que, en los alimentos crudos, o sin lavar ni desinfectar, habitan microorganismos causantes de enfermedades, por lo que es importante su adecuado manejo, al igual que la correcta limpieza del equipo de cocina, como tablas de picar, y utensilios, como cucharas, cuchillos o trapos, y el constante lavado de manos, principalmente al momento de preparar o ingerir alimentos, y después de ir al sanitario.