Por Camila Tornel

La diputada Marcela González Castillo hizo gala de su cinismo, otra vez.

No le bastaron casi tres años de privilegios y poder desmedidos en el Congreso local. Ahora va por la reelección para otro periodo más, para seguir viviendo del erario.

La coordinadora de Morena se colgó la medalla de haber logrado que el Congreso del Estado sea “ágil, eficiente y ordenado”. Pero la realidad es que su entreguismo echó por los suelos la autonomía del Poder Legislativo.

Desde que asumió con marrullerías la Presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, dos diputados le hicieron ver su suerte: la priista Blanca Águila Lima y el perredista Juan Manuel Cambrón Soria, quienes pusieron de rodillas a morenistas y aliados en los debates de tribuna legislativa.

No sabemos como para qué pide licencia para ir a “campaña”, cuando todo mundo sabe que no sabe debatir, que no conecta con la gente, porque lo suyo es alardear de sus conexiones políticas.

Realmente si el Congreso hizo su chamba con el actual gobierno fue por el oficio y la lealtad de muchos otros diputados que, a diferencia de ella, sí tienen arraigo e identificación con la 4T.

Ya veremos cómo le va a legisladora con su licencia, en Morena también hay gente con calidad moral que no ve bien que los oportunistas se sirvan de su trabajo.

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Gentetlx